El bebé y su mundo sensorial¿Sabías que el recién nacido tiene capacidades sensoriales muy desarrolladas y que se comunica a través del llanto? 
• Hoy se concluye, luego de muchos estudios, que los recién nacidos responden a estímulos y a su vez emiten mensajes determinados que nos insinúan que tienen sueño, hambre, necesidad de ser acunados, etc. Esta interrelación sensorial es muy importante ya que les permite ir construyendo desde los primeros tiempos, su mundo afectivo.
• El recién nacido ve y oye, prefiere las caras humanas a objetos y las voces a otros sonidos. Reconoce perfectamente la voz de su mamá, debido a que la escucha desde su vida intrauterina. Además e increíblemente es capaz de imitar gestos de adultos y de moverse rítmicamente con una conversación.
• El tacto está muy desarrollado en el recién nacido y tiene mucha importancia en la comunicación. La piel tiene una función especial en las relaciones que el bebé irá estableciendo con el mundo. Para él es muy importante que su mamá le brinde contacto permanente: acunalo, abrazalo, acaricialo, amamantalo. No tengas miedo de "malcriarlo", el contacto físico con sus papás es una necesidad real para él y a través del ese contacto encontrará satisfacción.
• Además de reconocerte por tu vos, el bebé te reconocerá por el olfato. Se sentirá seguro sintiendo el olor de su mamá y de su papá. A través del gusto reconocerá y disfrutará la leche.
• Si bien el bebé no habla, llora para mostrar lo que quiere. Su principal medio de comunicación es el llanto. A través de ese llanto irás reconociendo lo que el bebé quiere decirte: "tengo hambre", "quiero mimos", "quiero que me cambien". También llorará si siente que sus papás están tensos o cansados. Tené en cuenta que muchos bebés lloran siempre a una hora determinada del día, ese llanto se atribuye a muchas causas (por ej. Cólicos). Pero la causa de ese llanto no puede precisarse realmente. Un consejo: Armate de mucha paciencia si esto llegara a pasar, porque es una situación normal por lo que transitan todos los bebés sanos y deja de suceder a los tres meses de vida.
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