Déficit de vitaminas y minerales en el embarazoUn problema frecuente, que demanda atención 
Uno de los desafíos más importantes que enfrenta el organismo de una mujer cuando espera un hijo es poder brindarle todos los nutrientes que éste necesitará para desarrollarse intra útero, y sin que esto signifique para ella entrar en carencias nutricionales.
 Sin embargo, en una proporción muy alta las mujeres embarazadas sufren carencias de ciertos nutrientes que pueden afectar tanto la salud del niño en gestación -en algunos casos, hasta con repercusión en la vida adulta- como la suya propia.
No siempre esos déficits están vinculados con la situación económica de la persona, sino que también influyen hábitos culturales que repercuten sobre la dieta: la imposición de la extrema delgadez como código estético de la época ha dado como resultado, cada vez más frecuente, mujeres que dan a luz a bebés de bajo peso, que no están suficientemente nutridos y que pagarán esas carencias durante su vida adulta. (Ver "Cuidarse vs. Engordar")
La doctora Susana Salzberg, médica especialista en Nutrición y Diabetes y Asesora del Comité de Diabetes y Embarazo de la Sociedad Argentina de Diabetes, explicó que "especialmente a partir del segundo trimestre del embarazo, la madre tiene mayor requerimiento energético, es decir, debe consumir una cantidad superior de calorías. Y también mayor necesidad del aporte de otros nutrientes, comovitaminas y minerales.
Aún en el caso de embarazadas con una alimentación adecuada y sin carencias previas, la ingesta alimentaria que habitualmente consumen las mujeres argentinas sería insuficiente para cubrir la recomendación de hierro y de ácido fólico establecida para el embarazo. Por lo que se hace necesario aportar estos nutrientes a través de la suplementación".
La especialista remarcó que "la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNYS) realizada en el país en 2007 reveló que un porcentaje importante de las embarazadas tenía déficit de calorías, proteínas, calcio, hierro, vitamina B12 y ácido fólico. En una encuesta alimentaria realizada por el Comité de Diabetes y Embarazo de la Sociedad Argentina de Diabetes hace algunos años encontramos, además, déficit de vitamina A. Si bien mayor porcentaje de embarazadas de hogares pobres o indigentes tenían déficit de nutrientes, llamativamente la diferencia no fue tan importante respecto de los hogares no pobres: la conclusión es que este déficit indica también un problema cultural".
El déficit nutricional materno previo y durante el embarazo no sólo influye en el crecimiento y desarrollo del niño durante la gestación y su salud durante los primeros meses de vida, sino que también repercute en la edad adulta. "El mecanismo es complejo. Podríamos decir que el feto se adapta al limitado aporte de nutrientes y genera cambios en su metabolismo para arreglarse de todos modos, aún con todas esas carencias. Esos cambios generan predisposición para desarrollar enfermedades en su vida adulta, como enfermedad coronaria, hipertensión y diabetes" detalló la especialista.
En ocasiones, es necesaria la suplementación de vitaminas y minerales para prevenir los déficits. Los especialistas recomiendan planificar la gestación para recibir, por ejemplo, una adecuada ingesta de ácido fólico, un nutriente cuya carencia es factor de riesgo demostrado en malformaciones neurológicas muy graves porque alteran el cierre del tubo neural, el futuro sistema nervioso del bebé (anencefalia, hidrocefalia, espina bífida). El ácido fólico para cumplir su función debe ser recibido entre tres y cuatro semanas previas a la concepción, de tal manera que hacia el día 21 o 22 del embarazo, cuando termina de cerrarse ese futuro sistema nervioso, el organismo disponga de la cantidad necesaria de ese nutriente.
Si bien el ácido fólico está presente en algunos alimentos (verduras verdes, legumbres, cereales), habría que consumir una cantidad imposible de alimentos para aportar la dosis recomendada. Por lo tanto, en esos casos, "cuando por diversos motivos, la madre no cubre el requerimiento con el aporte de alimentos, es imprescindible la suplementación farmacológica".
¿Quiénes son las embarazadas con mayor riesgo nutricional? Aquellas que ya tienen: • carencias previas o durante el embarazo • embarazos muy seguidos • fumadoras • adolescentes • vegetarianas
"Engordar" vs. Cuidarse Durante muchos años, la premisa del obstetra era que la embarazada no aumentara más de seis o siete kilos durante el embarazo. El miedo a "engordar" condujo a una restricción alimenticia en muchas mamás, que aumentó el riesgo de recién nacidos de bajo peso y retardo de crecimiento intrauterino. Pero ambas situaciones favorecen la morbi-mortalidad neonatal y un mayor riesgo de patologías cardiometabólicas (el llamado "Síndrome metabólico") en la adultez indicó la doctora Salzberg.
Si bien no se recomienda un aumento desmedido de peso, el concepto actual depende del peso previo de la madre y de la edad materna. Por ejemplo, una adolescente embarazada tiene que cubrir los requerimientos del crecimiento fetal y del suyo propio en un organismo que aún está terminando de desarrollarse. Por lo tanto, necesita mayor aporte de nutrientes que una embarazada adulta. Finalmente, la especialista aclaró que a pesar del folklore popular sobre el tema: "las vitaminas no engordan: no son nutrientes que aporten calorías, y por lo tanto no nos hacen aumentar de peso".
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