Doulas, una mano de mujer a la hora de parirSon mujeres que han sido madres. Allí está todo su secreto. 
Se preparan para acompañar y asistir a otras mujeres durante el embarazo, el parto y el puerperio. Están a favor de los partos mínimamente intervenidos por la medicina y aseguran que cuanto menos se entromete uno con el proceso fisiológico de traer vida a este mundo, mejor salen las cosas.
De la mano de Michel Odent, cirujano y ginecólogo francés que a partir de la década del '70 revolucionó la obstetricia al oponerse a la "medicalización" de los partos, surgieron tendencias, escuelas y movimientos que apuntan a hacer de cada nacimiento una experiencia única, respetada y natural.

En ese contexto aparecen -o reaparecen- las doulas.
Doula se pronuncia dula. Viene del griego antiguo y significaba esclava. Pero no en el sentido que podríamos tomarlo ahora sino en cuanto a que una mujer se ponía al servicio de otra mujer para ayudarla. La doula era la más sabia, la que había atravesado el embarazo, el parto, la lactancia y podía acompañar a otras mujeres en su maternidad. Melina Bronfman, eutonista, reikista y terapeuta corporal, (integrante de "Doulas de Argentina" y de la Escuela de Parteras Comunitarias del Siglo XXI) explica que su tarea es la de intentar reproducir lo que hacían esas antiguas doulas.
Las doulas -añade- no son las parteras: esas siguen siendo las que ayudan específicamente a dar a luz. Las doulas "ya hemos parido, sabemos qué se siente, qué molesta, qué y cómo duele, qué alivia. Es cierto, no todos los partos son iguales, y esto sucede en gran parte porque se vulnera muchísimo la fisiología. Pero la fisiología es muy parecida y en mi caso, tuve un hijo pero asistí a muchos nacimientos. Cuando hablás de mujer a mujer sabés a qué te estás refiriendo".
La partera, el obstetra y además la doula. ¿No es mucha gente? No, al contrario (risas). Hoy en día el obstetra y la partera del sistema de salud están enfocados en los aspectos clínicos del parto: cuánto de dilatación, los latidos del bebé, pero nadie se fija en cómo está la mujer. La doula, primero teniendo la formación de su propia experiencia y segundo formándose con otras doulas más experimentadas puede tener muchos recursos fisiológicos, corporales, y emocionales para ofrecer. Es una especie de experta en confort. Brinda a la mujer comodidad. Cuando la mujer está confiada, libera el cóctel de hormonas que necesita para parir.
¿Y cómo o por qué llega una mujer a solicitar la asistencia de una doula? Esto depende. Algunas porque pasaron un parto anterior y no se sintieron bien tratadas, o porque una amiga les contó que se atendió con una doula. A veces el contacto comienza con el mismo embarazo y a veces antes de embarazarse la mujer busca el contacto con una doula.
¿Esta función no la podrían desempeñar las abuelas, las tías abuelas, las hermanas mayores? Sí, de hecho así ocurre aún hoy en día en algunas culturas. Pero en la nuestra se ha perdido. Antes las mujeres parían en las casas y otras mujeres sostenían. Pero cuando la mujer fue a parir al hospital renació la doula. Independientemente de cómo sea el parto, es mucho mejor para la mujer ser acompañada por otra mujer.
¿Esto es lo que contempla la ley de parto respetado? Esa ley, la 25.929, avala que la mujer pase a la sala de partos con alguien de su elección que puede ser su pareja o su doula y a veces ambos. Hay médicos que ya se dieron cuenta de lo útiles que somos y propician la presencia de las doulas. Es un beneficio para todos.
¿De qué manera trabajan? En general, las mujeres se contactan con nosotras antes del parto. Nos vemos semanalmente en reuniones y mediante preguntas, charlas y actividades se va preparando a la futura mamá a darse cuenta de que el trabajo de parto va a comenzar y qué ir haciendo en ese momento.
Las mujeres suelen temer el dolor del parto… ¿Hay algo que ayude a atravesarlo? Hay recursos, sí. Y no son farmacológicos. Por ejemplo, la postura. No es lo mismo recibir una contracción parada o acostada que en cuatro patas en una posición donde la pelvis no recibe el peso de la panza. O recibir esa misma contracción en cuclillas, agachada. Es muy difícil quedarse quieta cuando una tiene un dolor. Para parir fisiológicamente la mujer necesita poder moverse. La posición de litotomía -acostada- es desaconsejada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), porque es peligrosa para ella y su bebé. Apoyamos esa libertad de movimientos: las contracciones uterinas hacen que uno desee moverse: pero te inmovilizan y te anestesian.
En cambio la aplicación de la anestesia detiene el trabajo de parto y corta el cóctel de hormonas que propicia el parto fisiológico. Este es uno de los motivos que explica el enorme aumento de las cesáreas.
Pero muchas veces son las mismas mujeres que, temerosas, piden una cesárea… Es un tema para reflexionar mucho. Las mujeres creen que lo peor del parto es el momento de dar a luz. Pero las que lo atravesamos sabemos que lo peor del parto viene después: la soledad inmensa que se siente, la terrible incomodidad física y lo más angustiante que pasa es que en el momento en que peor te sentís físicamente… tenés que ocuparte de un ser que demanda todo…
El puerperio ¿es tan difícil? Generalmente sí. Y la mujer está con una emocionalidad a flor de piel, la naturaleza lo hace así para que pueda estar cerca del bebé y darse cuenta, por ejemplo, de por qué llora. El bebé necesita ese contacto muy estrecho con la mamá. Una especie de gestación externa. Recuerdo que mi abuela, al mes de haber parido pretendía estar "perfecta" pero en realidad se enfermaba después de ser mamá. Ella decía que era porque le caían mal los partos. Lo que le caía mal era el puerperio. Durante muchos años no se habló de este tema. Y quedó el fantasma de la maternidad pegado al parto.
¿Qué hace concretamente una doula durante el parto? La doula comienza a acompañar el trabajo de parto desde que se inicia, con las contracciones. Ahí funciona la búsqueda del confort que hemos mencionado. Primero, la mujer sabrá que el trabajo de parto no "duele" todo el tiempo: duele la contracción, y de esta (que dura alrededor de un minuto) la molestia más grande son unos 20 segundos. En una situación así se puede optar por posturas diferentes, un baño de agua caliente, utilizar pelotas grandes donde descargar la tensión, recibir un masaje en ciertos lugares de la espalda o simplemente tomar la mano.
Cuando la mujer descubre que puede atravesar ese trance y se va aflojando segrega todas las hormonas que necesita para llegar al parto, a veces, sin necesidad de ser anestesiada. La doula también entra a la sala de partos. Es algo que la mujer tiene que haber elegido y deben estar de acuerdo el obstetra y la partera. Ahí podemos pedir que se bajen las luces, que haya más silencio, etc.
¿Es importante que el hombre esté? Es muy importante, pero antes hay que prepararlos para eso. Cuando llegan al curso suelen sentir que el parto es de ellas, pero cuando empiezan a involucrarse se dan cuenta de la importancia que tiene su presencia en ese momento: él la sostiene, la protege, hace fuerza también, etc.
Es muy difícil a nivel físico poder acompañar solo o sola a una mujer. Creemos que un hombre solo no da abasto, no puede estar pendiente de todo lo que hace falta, desde alcanzar un vaso de agua o comida, preparar los bolsos, atender el teléfono, llamar al ascensor, buscar el auto… Hacemos un trabajo en equipo.

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