Consulta preconcepcionalLas ventajas de planificar el embarazo 
Planificar el embarazo es una de las mejores decisiones que puede tomar una pareja frente al deseo de ser padres. "En medicina nunca puede asegurarse totalmente un resultado. Pero es indudable que si la mujer se encuentra con un buen estado de salud y así inicia la gestación, estará en mejores condiciones para llevar adelante una gestación normal y tener un hijo sano", explica la doctora Geraldine Voto, médica tocoginecóloga que integra el plantel del Instituto Dra. Voto y se desempeña además en el Centro de Salud Comunitario del gobierno de la ciudad de Buenos Aires nº 17 (Cesac) del barrio de Palermo.
Consultar, pero ¿cuándo? La doctora Voto afirma que lo ideal es hacerlo varios meses antes de "encargar".
Chequeos necesarios
"Primero hay que hacer todo el chequeo ginecológico, examen del cuello uterino y la colposcopia para determinar si existe infección por el Virus del Papiloma Humana Humano (HPV, por su sigla en inglés) –dice la especialista. También se debe evaluar el estado del útero y de las mamas, porque en caso de existir algún problema siempre es mejor el tratamiento antes de que la mujer esté embarazada".
"El chequeo preconcepcional incluye un análisis de sangre completo para evaluar las distintas funciones orgánicas, y descartar la presencia de anemia, ya que el embarazo es una etapa de gran exigencia para la mujer y comenzar la gestación anémica supone una desventaja que debería evitarse".
La evaluación tiroidea es otro aspecto importante de la consulta preconcepcional, dado que el eje hormonal femenino es fundamental en la salud de la mujer. "Si está levemente alterado –puntualiza la doctora Geraldine Voto-, puede causar ciclos anovulatorios, y hasta enfrentar dificultades para quedar embarazada."
Vacunación
Además del chequeo, la doctora Voto indica que es también necesario evaluar la situación de la mujer frente a infecciones como hepatitis A y B, varicela o rubeola, ya que son enfermedades que pueden afectar tanto a la embarazada como al bebé si se adquieren durante la gestación. "En el caso de las hepatitis, la mujer puede ser vacunada durante el embarazo, porque son vacunas diseñadas por ingeniería genética –afirma la doctora Voto. No ocurre lo mismo con las inmunizaciones contra la varicela o la rubeola, que se elaboran a partir de virus atenuados, por lo tanto, si la futura mamá no ha sufrido estas enfermedades y no está vacunada, tendría que inmunizarse al menos un mes antes de quedar embarazada para garantizar una adecuada protección".
La inmunización contra el tétanos es obligatoria –todos los adultos deben repetirla cada 10 años-, pero en caso de no estar vacunada, la mujer que busca embarazarse debería revacunarse antes de la gestación. También puede recibir el esquema completo de vacunación (dos dosis separadas por un mes) a partir de la semana 24. La inmunización contra la gripe está contemplada en el programa nacional de vacunación, así que todas las embarazadas deben recibirla.
Otras medidas importantes
Un aspecto a tener en cuenta es la suplementación con ácido fólico, un nutriente que en caso de ser deficitario puede causar un grave problema en el bebé: la anomalía del cierre del tubo neural, una discapacidad que causa espina bífida, acompañada o no de hidrocefalia. "El ácido fólico tiene que tomarse entre dos y tres meses antes de comenzar la gestación –añade la médica tocoginecóloga- porque además es útil para prevenir anemias. Si la mujer no queda embarazada no existe ningún riesgo que lo haya tomado o lo siga tomando, no es dañino".
El control del peso no es un tema menor: lo ideal es comenzar el embarazo sin kilos de más, ya que un aumento de peso será normal durante la gestación y siempre que se comienza con excesos será más difícil mantener la balanza a raya. Además, la obesidad durante el embarazo es un comprobado factor de riesgo para la diabetes gestacional (ver en nuestra sección de últimas noticas).
Parece obvio, pero sin embargo es conveniente aclararlo: tomar alcohol, fumar o tener otras adicciones son siempre prácticas negativas, pero durante el embarazo se trata de conductas que ponen en peligro la evolución de la gestación y la salud del bebé. "Son preguntas a veces un poco incómodas –admite la doctora Geraldine Voto-, pero que todo profesional responsable debe realizar en la consulta. Saber si la mujer fuma o bebe y en qué medida o qué medicación utiliza es muy importante. Muchas veces, la mujer toma medicación para dormir pero cree que no es relevante y, sin embargo, puede serlo. Por eso el seguimiento del embarazo debería ser abordado por un equipo multidisciplinario".
El cigarrillo es peligroso porque además de aumentar el riesgo de trombos (coágulos) genera un retraso en el crecimiento del bebé, aumenta las posibilidades de bajo peso al nacer y de parto prematuro. "Hay mujeres que quieren dejar de fumar pero tienen un alto grado de adicción y necesitan ayuda farmacológica y terapéutica –añade la especialista-. Otras mujeres están muy ansiosas y, si bien yo prefiero que se tranquilicen con métodos naturales (té de hierbas, un baño caliente, meditación), quizás con una dosis bajísima de un ansiolítico recetado se sienten mejor. No hay fórmulas iguales para todas, cada persona es un caso particular y hay que tenerlo en cuenta para hacer un buen abordaje".
Papis, al doctor
Si bien la salud del futuro papá no es fundamental a la hora de evaluar el embarazo, también sería ideal que se sumara a la planificación con una consulta preventiva.
"Por ejemplo, si la mujer es positiva para el HPV probablemente su pareja también –señala la doctora Voto-, y la infección por este virus, incrementa el riesgo de cáncer de cuello de útero y puede ser causante de afecciones en el bebé si el virus está activo cuando atraviesa el canal de parto. Sería importante evaluar la salud del futuro papá frente a este virus y otros que pueden controlarse con tratamiento, y también analizar el grupo de sangre para comprobar compatibilidad entre ambos miembros de la pareja. El hombre suele ser más reticente que la mujer frente a la consulta, pero sería ideal que visitara a su médico si está planificando ser padre".
9 lunas
¿Por qué si un embarazo dura 9 meses se dice que tiene 40 semanas? "Son semanas lunares –explica la doctora Geraldine Voto-. La fecha probable de parto es a las 40 semanas del inicio de la última menstruación. Se cuenta a partir del primer día de la última menstruación. Por ejemplo, si una mujer empezó a menstruar el 1 de diciembre y queda embargada el 15 de diciembre, si viene a consulta el 10 de Enero, le digo que está embarazada de 6 semanas. De guiarnos por el calendario habitual serían 4, pero nosotros nos guiamos por las semanas lunares: 9 meses son 40 semanas lunares".
Además de la fecha de la última menstruación, el profesional realiza una ecografía al inicio de la gestación para medir el desarrollo embrionario y lo compara con tablas predeterminadas para confirmar el estadío o momento en que se encuentra el proceso. En el consultorio médico se utiliza un instrumento con el que se evalúa el progreso del embarazo en el tiempo. Se trata del gestograma que permite calcular, entre otras cosas, la fecha probable de parto.
"Desde la semana 16 a la 20 decimos que se está cursando el 4º mes –agrega la tocoginecóloga. Y desde la semana 36º al 40º, el último mes lunar de embarazo. Sobre esta base se calcula la fecha probable de parto, que se estima con un desvío de más/menos una semana. Por ejemplo, si doy una fecha probable de parto para el 5 de septiembre, puede nacer una semana antes o una después.
Por norma de la perinatología, un parto no se espera nunca más allá de la semana 41. Llegado ese momento, se realiza una inducción para generar contracciones y producir el parto. No se puede inducir si se ha realizado una cesárea anteriormente. Sí se puede hacer un parto, pero únicamente luego de una única cesárea. Con dos cesáreas anteriores, va a cesárea siempre, porque existen varios riesgos, entre éstos, la ruptura uterina".
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