Embarazo y salud ocularEs normal que algunas mujeres experimenten ciertas molestias y cambios menores en la visión durante la gestación. Pero cuando existe alguna condición previa hay que extremar cuidados para evitar que aparezcan complicaciones más serias. 
Durante el embarazo suelen producirse algunos cambios en materia de salud ocular. Esto no significa que todas las mujeres necesariamente enfrenten dificultades, ya que muchas de ellas transcurren los nueve meses de la gestación sin complicaciones visuales. Pero también es posible que existan molestias y síntomas a tener en cuenta. "Es normal y posible que durante el embarazo se produzcan determinadas fluctuaciones en la visión, básicamente como consecuencia de los cambios hormonales característicos de ese período, que, entre otras cosas, pueden originar retención de líquidos y edema en distintas partes del cuerpo, por ejemplo, en los párpados", señala el doctor Robert Kaufer, médico oftalmólogo director del centro que lleva su nombre y del Posgrado en Oftalmología de la Universidad del Salvador.
Con frecuencia, los cambios más mencionados son la sequedad de los ojos, la incomodidad al colocarse lentes de contacto, la sensibilidad a la luz y miopía (alteraciones en la visión de lejos), además de posibles dificultades para ver de costado (variaciones en el campo visual). También pueden presentarse casos de un incremento de la miopía, inducida por el embarazo, en mujeres que ya son miopes, pero lo habitual es que el defecto aumente no más de una dioptría, y revierta al cabo de terminar la gestación y la lactancia. Kaufer señala que esta es una problemática bastante frecuente. "Una de las molestias más habituales en estos casos es la visión borrosa, aunque de todos modos es una variación muy sutil. –afirma el especialista. De todas maneras, en la casi totalidad de los casos, se revierte después del nacimiento del bebé." Justamente porque la miopía puede variar durante el embarazo es que no se recomienda que las mujeres se realicen cirugías refractivas de este defecto de visión mientras esperan su bebé. "No es recomendable operar o realizar un tratamiento en una mujer que está embarazada o en período de lactancia porque siempre hay que esperar que la condición se revierta después del nacimiento", señala el doctor Fernando Catena, del Instituto Médico de Ojos (IMO).
Cuando una mujer tiene un problema previo al embarazo que repercute en su visión, como por ejemplo el glaucoma (presión ocular) o diabetes (que cursa con complicaciones micro vasculares, entre estas, retinopatía), tiene que informar a sus médicos y estar atenta a cualquier tipo de cambio en los síntomas que demanden nuevas direcciones terapéuticas.
Otra alteración que merece un cuidadoso examen de la vista es la eclampsia (hipertensión durante el embarazo) que, si bien no en forma frecuente, puede convertirse en factor de riesgo para el desprendimiento de retina, al igual que la diabetes y el glaucoma. También las mujeres con miopía elevada (más de 8 dioptrías) enfrentan una posibilidad aumentada de desprendimiento de retina durante el trabajo de parto por el esfuerzo que implica. Por eso es una cuestión discutida la decisión de que tenga un parto natural o se le realice una cesárea. Es una decisión que deberá tomarse en cada caso individual, con el consejo del obstetra y el oftalmólogo.
Cambios más mencionados:
- Cambios refractivos: Como consecuencia de las variaciones en el nivel hormonal que se genera durante el embarazo, puede cambiar la graduación de los lentes de contacto o anteojos.
- Sequedad ocular: Por lo general, después del parto esta condición se revierte. No obstante, durante los nueves meses, suele ayudar mucho la utilización de algún colirio o gotas lubricantes, siempre indicadas por el especialista. No hay que auto medicarse porque estos fármacos pueden atravesar la barrera placentaria.
- Sensibilidad a la luz (fotofobia): Esta condición suele aparecer como consecuencia de las jaquecas y migrañas que ocurren debido a los cambios hormonales. No tomar analgésicos sin antes contar con la aprobación médica.
- Visión de manchas o visión borrosa: Estos signos podrían ser indicadores de un cuadro de hipertensión ocular, o sistémica, o alguna alteración vinculada con una diabetes mal controlada. En ambos casos, es posible que se produzca un desprendimiento de retina. Por lo tanto, son situaciones a controlar muy de cerca.
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