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Asma y embarazo. La clave está en el control

Cerca del 10% de la población es asmática. Cuando una paciente con esta afección cursa su embarazo, hay que garantizar que sus síntomas estén muy bien controlados.


La mayoría puede tener a su hijo a través de parto natural y no es necesario dejar de tomar la medicación antiasmática, ya que no presenta riesgos para el bebé en formación.

Cerca del 10% de la población adulta tiene asma, aunque la proporción suele ser algo mayor durante la infancia y la adolescencia, períodos en que trepa hasta el 14 o 15 por ciento. Por esta razón, es una de las enfermedades crónicas más frecuentes que puede presentar una mujer en edad gestacional.

¿Qué ocurre durante el embarazo con una paciente asmática?
El doctor Facundo Nogueira, Jefe de la División Neumonología y del Laboratorio de Sueño del Instituto Argentino de Investigación Neurológica (Ineba) responde a una serie de inquietudes sobre el tema.
Nogueira afirma que, como ocurre con cualquier enfermedad crónica, una mujer asmática siempre debe realizar un control periódico de su afección (una o dos veces por año) aunque no tenga síntomas y se encuentre estable. Esta necesidad se incrementa, recalca el médico, en casos de que proyecte un embarazo.
"Hay distintos elementos a controlar, no solo la presencia de síntomas (tos, obstrucción, sibilancias) que, en estos pacientes, pueden tardar en aparecer -afirma Nogueira-. Toda mujer asmática que planee embarazarse o lo esté, debe tener un control minucioso de parte del especialista para determinar el tratamiento correcto, asegurar una evolución adecuada y evitar así complicaciones respiratorias durante la gestación".

-El embarazo ¿suele hacer recrudecer los síntomas de la enfermedad o, al contrario, los modera?
La evolución del asma durante el embarazo es variable: en algunas mujeres empeora, en otras se mantiene estable y en otras mejora su control. No hay forma de predecirlo. Sin embargo, vale aclarar que la ausencia de síntomas no es un parámetro confiable para determinar la estabilidad de esta enfermedad, es preciso realizar controles objetivos de función pulmonar (a través de un sencillo examen llamado espirometría) y una evaluación clínica especializada.

-¿Existen riesgos especiales en una paciente asmática que se embaraza?
Si la mujer asmática embarazada tiene un riesgo adicional en comparación con la población general. Esto consiste en que una crisis asmática severa o una evolución complicada de la afección durante el embarazo pueda afectar la oxigenación del feto y, por ende, alterar su desarrollo y crecimiento. Por eso hay más riesgo de bebés prematuros o de bajo peso. Esto dependerá del grado de severidad del asma, pero también de cuán controlada tenga la embarazada su enfermedad.

-Generalmente los pacientes con asma necesitan medicación de base para tener controlados sus síntomas. ¿Qué pasa durante los primeros meses de la gestación con el consumo de fármacos, incluidos antibióticos y otras drogas para abordar eventualmente infecciones respiratorias, que son frecuentes en estas pacientes?
La gran mayoría de los medicamentos que se utilizan para tratar el asma bajo las normas actuales, son aceptablemente seguros para ser utilizados durante el embarazo. Si bien por cuestiones éticas no hay estudios específicos que lo demuestren, la enorme experiencia clínica acumulada en tantos años de tratamiento avalan esta indicación.

-¿Entonces la mujer tiene que seguir con su tratamiento normalmente tomando los fármacos?
En general no es necesario ni se recomienda suspender el tratamiento. De todos modos, el esquema terapéutico debe ser controlado de cerca por el especialista, en coordinación con el médico obstetra. En caso de ser necesario por una crisis asmática en el contexto de una infección respiratoria, deberá seleccionarse adecuadamente el antibiótico que la mujer embarazada pueda recibir.

-Muchas mujeres se quejan, especialmente en el último trimestre, de estar agitadas o tener problemas para respirar, aunque no tengan enfermedades respiratorias. ¿Cómo se maneja en esta etapa la paciente asmática?
Sí, es común que las embarazadas, en etapas avanzadas, experimenten falta de aire y cansancio por el aumento del contenido abdominal, que eleva y reduce inevitablemente la expansión del diafragma. En estos casos, es recomendable descartar un empeoramiento de la función pulmonar secundario al asma o a alguna otra complicación respiratoria que eventualmente puede presentarse en el último trimestre, como una trombosis venosa o una infección respiratoria.

-¿Y qué pasa si la embarazada asmática tiene problemas para dormir?
El embarazo afecta normalmente la calidad de sueño de la mujer, tenga o no asma, y a su vez condiciona el tratamiento de distintas situaciones que pueden presentarse, por ejemplo, el insomnio. Las mujeres embarazadas, asmáticas o no, roncan más y al retener líquido se despiertan más veces en la noche para orinar. Además, la incomodidad que implica la panza en etapas avanzadas supone dificultades para hallar una posición adecuada para descansar. Estos factores fragmentan el sueño y empeoran su calidad. En una paciente asmática estos síntomas pueden o no ser más importantes. Es imposible predecir. La clave es mantener controlada la enfermedad. De todos modos, durante el embarazo no es recomendable utilizar medicamentos ansiolíticos o hipnóticos (para dormir) por los efectos que pueden acarrear para el bebé.

-¿Se aconseja parto natural o cesárea?
La gran mayoría de las mujeres puede controlar su asma sin mayores dificultades durante el embarazo, siguiendo las indicaciones y los controles pautados. Por eso, si están correctamente tratadas pueden afrontar perfectamente el parto. La necesidad de forzar una cesárea por factores respiratorios se limita a un pequeño grupo de pacientes con asma severa, con una función pulmonar marcadamente afectada o que desarrollen una reagudización severa en el momento del parto. Es decir, una minoría de mujeres.

-La lactancia y puerperio, ¿suponen algún riesgo especial para la paciente? ¿Las drogas que toman habitualmente para controlar la enfermedad pasan a través de la leche materna al bebé?
En este caso las consideraciones son las mismas que durante la gestación. La mayoría de las drogas que se utilizan para tratar el asma se pueden indicar durante el embarazo y la lactancia con un margen de seguridad razonablemente elevado. El concepto crucial sigue siendo el mismo: es necesario que la enfermedad se mantenga estable y bajo control para evitar mayores complicaciones.


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