Termómetros de mercurioUna prohibición que se hace esperar 
Instituciones médicas y medioambientales solicitaron al ministro de salud que se desautorice su venta en las farmacias. Contienen un metal pesado dañino para el hábitat y las personas. Hay que reemplazarlos por digitales.
Parece increíble que un metal pesado y tóxico como el mercurio haya sido durante tanto tiempo, uno de los elementos más frecuentemente utilizados en equipos y dispositivos médicos. Por ejemplo, está presente en los termómetros para tomar la temperatura corporal y los tensiómetros empleados para medir la presión arterial, sin contar el extenso uso que se le otorgó históricamente en el campo de la odontología.
Sin embargo, desde hace algunas décadas, instituciones vinculadas con el cuidado de la salud y el medio ambiente han difundido los efectos nocivos que el mercurio produce: ese líquido plateado que se evapora con rapidez es tóxico para el sistema nervioso central y provoca irritabilidad, temblores, alteración de la vista y la audición y problemas de memoria. En los bebés, la exposición puede causar una disminución del coeficiente intelectual y retardo en el desarrollo mental, sin contar los problemas motores, afecciones en la piel, riñones, corazón y sistema respiratorio.
Es por sus efectos, que la campaña que impulsa reemplazar dispositivos médicos que emplean mercurio por alternativas más seguras ya está instalada en muchos países del mundo. Sin embargo, "como las normativas y restricciones vinculadas con el tema son menos exhaustivas en las regiones menos desarrolladas, estas tendencias han contribuido a la concentración, en esas áreas, de una carga desproporcionada de riesgos sanitarios"- explica Verónica Odriozola, coordinadora de la ong Salud sin Daño, principal promotora en nuestro país de la iniciativa que busca descartar el mercurio como parte de aparatos y dispositivos de uso médico, tanto en ámbitos hospitalarios y sanatoriales como en el hogar.
Recientemente, esta institución, apoyada por la Sociedad Argentina de Pediatría, la Sociedad Argentina de Infectología, la División Toxicología del hospital Fernández, la 1º Cátedra de la Facultad de Medicina de la UBA, la Unidad Tóxico Ambiental de la provincia de Córdoba, la Unidad Pediátrica Ambiental del hospital Garrahan, la Fundación de Investigaciones Genómicas, la Federación de Enfermería de la República Argentina, el Servicio de Esterililización del hospital Posadas y el Instituto Técnico de Acreditación en Servicios de Salud, dirigió una carta al ministro de salud de la Nación, Jorge Manzur, para solicitarle que prohíba la venta de termómetros clínicos de mercurio en las farmacias y aliente el paulatino reemplazo por alternativas más seguras.
En septiembre de 2010, Salud sin Daño ya había lanzado la campaña Termómetros sin Mercurio con el objetivo de lograr que en Argentina se prohíba la venta de estos dispositivos. Actualmente, ya son más de 300 los establecimientos de salud públicos y privados del país que han eliminado o están en camino de eliminar el uso de insumos médicos con mercurio."A pesar de estos avances, sorprende que no se haya restringido aún la venta de termómetros clínicos con mercurio para uso doméstico", agregó Verónica Odriozola. "De este modo, los consumidores se enfrentan con la posibilidad de roturas y eventualmente se exponen a sus vapores, además de contribuir a un creciente y grave problema ambiental con sus desechos".
El empleo de termómetros clínicos con mercurio está disminuyendo a nivel global. La Unión Europea, por ejemplo, cuenta con una prohibición del uso de termómetros clínicos con mercurio en todo su territorio desde el año 2007. La Organización Mundial de la Salud llamó a la adopción de medidas para reducir los riesgos derivados del empleo y rotura de materiales médicos con mercurio.
Por otra parte, la Cámara de Diputados bonaerense aprobó por unanimidad y giró al Senado un proyecto por el cual se buscará prohibir la fabricación, venta y distribución de termómetros y tensiómetros que contengan mercurio en la provincia de Buenos Aires. En Buenos Aires, el Registro de Instituciones Educativas Asistenciales para niños y niñas de 45 días a 4 años que depende de la Dirección General de Educación de Gestión Privada de la ciudad, comunicó recientemente una recomendación donde se alienta al recambio paulatino de termómetros de mercurio por digitales y se solicita que las farmacias dejen de vender los primeros, dado que este metal pesado implica importantes riesgos para el medio ambiente y la salud.
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