DESMITIFICAR LA LACTANCIAEn torno a la maternidad existen muchísimos mitos y creencias sumamente arraigadas en el inconsciente colectivo.  DESMITIFICAR LA LACTANCIA
Desmitificando creencias En torno a la maternidad existen muchísimos mitos y creencias sumamente arraigadas en el inconsciente colectivo. Un importante porcentaje de esas creencias giran en torno de la lactancia. Verdades reveladas, transmitidas de generación en generación y muy instaladas.
Seguramente frases como: "Tenés que darle el pecho cada tres horas, 10 minutos de cada lado", "Te usa el pecho de chupete", "Se me cortó, o me quedé sin leche", "Toma por vicio", "Pide teta a cada rato, mi leche no lo debe estar llenando" pueden resultar sumamente familiares. La realidad es que esas afirmaciones constituyen sólo algunos de los mitos más populares sobre la lactancia materna.
MITO | El bebé tiene que tomar el pecho cada tres horas, 10 minutos de cada lado. Esta creencia es muy fuerte, y es una de las que más se repite. Se origina por tomar en cuenta la frecuencia con la que deben alimentarse los bebés que toman leche de fórmula; pero no aplica a la lactancia materna. Lo ideal es que el bebé tome a libre demanda. Es decir, poniéndolo al pecho cada vez que notemos que nos está dando alguna señal de hambre: muchas veces suele chuparse la manito, o hacer movimientos con su boca y cabeza, como buscando la teta: esto nos indica que es un buen momento para ofrecerle el pecho. La leche materna no presenta dificultades para que el incipiente sistema digestivo del recién nacido la procese, por eso, a diferencia de los bebés alimentados a fórmula, los de pecho, suelen alimentarse más seguido. Es lo normal, lógico y esperable. Además, que la teta reciba el estímulo de la succión del niño, es beneficioso para la producción de leche, ya que la misma, es directamente proporcional al estímulo que el pecho reciba. En relación al tiempo de toma, lo importante es que realice una succión vigorosa -mínimamente diez o quince minutos en promedio-, de ahí en más nos olvidamos del tiempo y lo dejamos que tome lo que quiera de un mismo pecho, si vemos que sigue con hambre, le ofrecemos el otro. Lo importante es no cambiarlo enseguida de pecho, ya que a lo largo de la tomada, la leche va cambiando su composición: al iniciar la succión es más acuosa para calmar la sed del niño, luego se vuelve más grasosa, es importante que pueda tomar esta leche, ya que será la que lo ayude a ganar peso.
MITO | El bebé usa el pecho de chupete. Pensemos, en primera instancia, que un niño no pide aquello que no necesita, con lo cual, la realidad sería decir que usa el chupete que nosotros le ofrecemos en reemplazo de la teta que pide. Lo que puede suceder es que nos pida el pecho como forma de obtener lo que en realidad está necesitando, que es estar a upa para calmarse, sentirse contenido y seguro. El único modo que encuentran muchos bebés para ser sostenidos es estar en la teta de la mamá por tiempos larguísimos, aunque ya no estén haciendo una succión que les permita realmente nutrirse.
MITO | No tengo leche. En general, salvo que exista algún problema físico o emocional muy fuerte, o por inhibición de la lactancia, todas las madres (por tratarse de seres mamíferos) producen de forma natural el alimento para su cría. Sucede que, muchas veces, el hecho de no poder ver o medir a ciencia exacta la cantidad de leche que nuestro cuerpo produce, nos genera cierta inseguridad o desconfianza. Hay varias formar de comprobar que estamos produciendo leche, una es a través de una correcta maniobra de extracción manual, pero la principal tiene que ver con el engorde del bebé. Si va aumentando de peso, definitivamente hay leche y en la cantidad suficiente que ese bebé necesita para crecer.
MITO | Mi pecho es muy chico, así que no produce suficiente leche. Como aclaramos anteriormente, la producción de leche tiene que ver con el estímulo que el pecho reciba, ya sea por la succión del bebé o por la extracción que la mamá pueda hacer manualmente o mecánicamente con un sacaleches. El cuerpo registra la utilización que se está haciendo de la leche e indefectiblemente comienza a aumentar el volumen de producción. Por eso, sostenemos que, a mayor estímulo recibido, mayor es la cantidad de leche que se produce.
MITO | Después de los 6 meses, la leche materna ya no le sirve al bebé. Hasta los 6 meses de edad, la leche materna cubre completamente las necesidades nutricionales del niño, por lo que no es necesario introducir otro tipo de alimentos o bebidas. A partir de esa edad y hasta los 2 años, le aporta el 40% de los requerimientos nutricionales. Por tal motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lactancia materna exclusiva como mínimo hasta los 6 meses y, a partir de esa edad, con la correspondiente introducción de semisólidos, sugiere continuarla hasta los 2.
MITO | Se me lastiman los pezones porque tengo la piel sensible. Generalmente, si bien es verdad que hay personas que tienen pieles más sensibles que otras, el tema de las grietas en los pezones, tiene que ver con una incorrecta prendida del bebé al pecho. Es importante que no se prenda al pecho agarrando sólo el extremo del pezón, la idea es que dentro de la boca del bebé quede la mayor parte de la areola posible.
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