BronquiolitisUna infección habitual cuando llega el frío. 
Especialmente en bebés pequeños, puede producir síntomas respiratorios importantes y hasta requerir internación. No existe vacuna contra el virus que con más frecuencia la produce, pero algunas medidas preventivas pueden ayudar a reducir las posibilidades de contagio.
Es un gran dolor de cabeza y una preocupación para muchos padres siempre que llega la época fría del año y hay algún bebé chiquito en casa. En especial, si ha sido prematuro o si ha mostrado ya alguna vulnerabilidad respiratoria. Es que el descenso de la temperatura es caldo de cultivo de distintos virus, entre éstos, el sincicial, causante de más del 80% de los casos de bronquiolitis, una de las infecciones respiratorias más frecuente en la infancia. Tanto, que hoy en día se la considera una de las principales causas de enfermedad y muerte entre menores de 5 años.
"La bronquiolitis es una inflamación de las vías aéreas bajas debido a una causa infecciosa y se expresa por la obstrucción de las vías aéreas de pequeño calibre", expresa la doctora Alejandra Lafont, jefa del servicio de Pediatría de la Fundación Hospitalaria. La experta añade que se presenta con mayor frecuencia en bebitos menores de 6 meses, pero que entre aquellos que aún no cumplieron los 3 meses de vida se producen los casos más severos.
Esto ocurre debido a la inmadurez de su sistema inmune y a la facilidad con que el virus invade los pulmones. Al inicio, aparece como un cuadro aparentemente banal de secreción nasal, fiebre no muy elevada, congestión y tos que pueden extenderse entre uno y tres días. Al cabo de este período, pueden agregarse síntomas como agitación, dificultad respiratoria y retracción de las costillas al respirar. Esta sintomatología, más severa, puede prolongarse entre cinco y seis días más.
"La mayoría de los niños pueden manejarse de manera ambulatoria, sólo el 3% de los más pequeños requieren internación. La situación es diferente si presentan factores predisponentes como prematurez, bajo peso al nacer, desnutrición, o si los factores ambientales son desfavorables, como sucede en casos de hacinamiento y contaminación ambiental", indica la doctora Lafont. La bronquiolitis es contagiosa, pero la severidad del cuadro y las manifestaciones del proceso varían según la edad. El tratamiento de la infección es de sostén: se ayuda a que el bebé se sienta lo menos molesto posible. Las medidas generales consisten en la administración de antitérmicos, continuar con la lactancia materna y, en caso de que se alimente también por boca habrá que ofrecerles suficientes líquidos como para que estén bien hidratados, cuidar que sus narinas (orificios nasales) se encuentren permeables y administrarbroncodilatadores en dosis y formas indicadas por el pediatra (nebulizaciones o aerocámaras en aerosol).
La especialista indica que antes de medicar siempre hay que consultar para evitar, en especial, la utilización inadecuada de fármacos antitusivos (contra la tos) o descongestivos.
Por otra parte, la doctora Lafont agrega que si bien no existe una vacuna contra el virus sincisial, que con más frecuencia produce la bronquiolitis, inmunizar a los chicos contra otros agentes que producen afecciones respiratorias puede contribuir a que el cuadro no sea tan agresivo. Por eso, es importante completar los esquemas de vacunación que incluyen protección contra el sarampión y la tos convulsa, así como también administrar la vacuna antigripal en los niños de 6 meses a 2 años.
Síntomas que alertan: - Tos, cansancio, somnolencia, fiebre. - Respiración muy rápida. - Sibilancia (silbidos) en el pecho al respirar. - Palidez, con labios y puntas de los dedos de color azulado (en este caso urge la consulta).
Cuidados preventivos: - Mantener la lactancia materna. - Mantener al día el calendario de vacunaciones. - No exponer jamás al bebé al humo del cigarrillo. - Lavar tus manos y las de los niños con agua y jabón en forma frecuente. - Mantener al bebé alejado de las personas resfriadas o con tos. - No exponer a los bebés menores de tres meses a fiestas, confiterías, shoppings, bares y demás lugares cerrados, donde haya aglomeraciones de gente. - Al toser, taparse la boca con el codo (no con la mano). - Ventilar los ambientes de la casa en forma cotidiana.
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