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Natación para bebés

Al agua pato...



Pocas actividades ofrecen más beneficios que la natación, a todas las edades. Para los bebés, es una excelente oportunidad de desarrollo saludable y de contacto con mamá y papá, pero antes del primer remojón hay que tener en cuenta distintos aspectos que garanticen disfrute y seguridad.



Silvia Sosa, Instructora Nacional de natación, especializada en matronatación y gimnasia acuática infantil, egresada de la Primera Escuela de Natación para Bebés creada y dirigida por la Doctora Patricia Cirigliano dice que si bien en teoría un bebé podría comenzar el contacto con el agua a partir de los 15 días de vida, una vez que se cae el cordón umbilical, "son poquísimos los lugares realmente adaptados para recibir a una criatura tan pequeña: esos natatorios deben reunir condiciones de tamaño, temperatura del agua e higiene muy especiales. Por eso sugerimos que la actividad comience a partir de los 3 o 4 meses, o cuando los chiquitos pesen, como mínimo, 4 kg."

De todas maneras, puntualiza, no se trata de ambientar al bebé con el agua en cualquier pileta: se recomienda que el lugar cuente con una piscina más pequeña -llamada, por lo general, "piletón"- de menor profundidad que la más grande y posiblemente también con otra temperatura, para que las clases con los más pequeños sean seguras y beneficiosas.

Antes del inicio -afirma-, lo que recomiendo es que el baño cotidiano sea aprovechado como una ocasión para que el chiquito mantenga la ligazón que tuvo durante los 9 meses de embarazo con el agua. Para eso hace falta enseñar a los papás una metodología sencilla pero eficaz que consiste en trabajar aspectos de la respiración, posiciones del cuerpo, equilibrio y relajación, entradas y salidas del agua, movimientos de bracitos y piernitas. Todo eso favorece el contacto entre los padres y el bebé y lo va preparando para el momento en que conozca una pileta más grande."

El concepto de "natación rodante" pasa precisamente por ahí: Silvia Sosa visita casas de flamantes papás y mamás para enseñarles a que el baño diario del bebé sea más que una rutina higiénica."Esta metodología se puede aplicar en un catre de baño de dimensiones apropiadas y también en la bañera de la casa -explica-, se adecua al lugar en cuestión."

¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir una pileta?
"Una piscina común suele tener el agua a 27 o 28° -dice Silvia Sosa-. Si está especialmente destinada a bebés, la temperatura debe ser de 32°. Por otra parte, en las piletas de adultos se mezclan todo tipo de actividades: un bebé no puede estar en el mismo momento en que se está dando una clase de entrenamiento, o que hay adultos haciendo gimnasia acuática. El oleaje, la temperatura del agua, los estímulos y la seguridad son distintas. Hay que prestar atención a los bordes de las piletas, las variaciones frío-calor, las escaleras."

Si bien el chiquito de meses ha pasado más tiempo en la panza de la mamá –un medio acuático- que en el ambiente donde vivimos, no es cierto que esa experiencia le haga disfrutar del agua como un espacio totalmente conocido y sin miedos. "Siempre hay que ir muy despacio -recalca la docente-. Todo lleva una metodología. Por eso es importante comenzar desde el mismo baño diario, mojando distintas partes del cuerpo, inclusive la carita, haciendo movimientos, dando masaje. Y luego ir viendo cómo responde. La actividad deberá ser siempre placentera, un encuentro entre mamá y bebé o papá y bebé, una manera de enriquecer el vínculo… a veces los tiempos no dan para que los papás puedan compartir tanto con los bebés y llevarlos a la pileta puede ser una buena ocasión para estar juntos. Pero si se apuran las cosas en vez de que sea un momento ameno y enriquecedor puede convertirse en frustrante: no hay que pensarlo en términos de que el chiquito ‘tenga que hacer' sí o sí inmersión, no estoy a favor de forzarlo para nada. Tiene que ser algo controlado. Para aprender técnica y entrenar, habrá tiempo."

¿Qué se puede esperar de la natación para bebés?
"Que sea una actividad placentera y un reencuentro con un medio que ya conoció para permitirle, con el tiempo, desarrollarse de manera autónoma junto con los otros pares. Es una actividad que podrá ayudar no sólo al desarrollo físico del bebé sino también intelectual, a construir el yo", explica Silvia Sosa.

Las clases pueden durar 45 minutos, aunque siempre hay que evaluar cómo se siente el bebé y dar por finalizada la sesión si la magia del momento ha terminado. Se recomienda que haya pasado un buen rato después de haber tomado la teta o el biberón antes de sumergirlos. Hay pañales para bebés, pero la idea es que no dejen ningún "regalito" mientras disfruten de la experiencia.

La recomendación es que se siga con la actividad todas las semanas hasta los dos o tres años de edad (ver aparte)."En algunas oportunidades están bastante sueltos y pueden empezar a trabajar natación infantil, con docentes y otros niños en una clase grupal -concluye Silvia Sosa-. Es el momento de adquirir autonomía, iniciativa propia, de ayudarlos para que sigan creciendo."

Matronatación vs. Natación para bebés
Matronatación es algo más que la experiencia de una mamá con su bebé en el agua. Es una marca registrada de la mujer que inició la actividad en nuestro país, la doctora en psicología Patricia Cirigliano, que creó y dirige la Primera Escuela Argentina de Natación para Bebés.

La Matronatación tiene características diferenciadas: sólo se practica en lugares especialmente habilitados y además implica la presencia únicamente de la mamá -no del papá- con el chiquito. "La natación para bebés, en cambio –añade Silvia Sosa, que es egresada de la Escuela de Patricia Cirigliano- pueden compartirla con el niño ambos padres y hacerse en lugares que, si bien deben estar adaptados para bebés pequeños, no necesariamente deben cumplir los mismos requisitos que una pileta para un bebito de menos de un mes de vida, por ejemplo."

Sin embargo, aconseja, no se recomienda que el pequeño sea acompañado por ambos padres en el agua. "Son demasiados estímulos a la vez -justifica-. Papás, maestros, compañeritos. Mejor que vaya o el papá o la mamá."

También natación para las futuras mamás
Para la embarazada, afirma Silvia Sosa, la natación es una opción muy interesante. "Pero antes de comenzar hay que tener la autorización del médico u obstetra -recalca-. Los meses más riesgosos son los tres primeros. Hay que evitar entrenamientos fuertes y esfuerzos, no se trata de ponerle una energía desmedida. La natación es una actividad ideal para la mujer embarazada, tiene importantes beneficios y menores restricciones que otro tipo de ejercicios."

"Se trabaja con rutinas específicas adaptables al agua, estilos de nado que puede efectuar la futura mamá sin riesgos. La natación ayuda a evitar el sobrepeso, a eliminar líquidos, es relajante y placentera. Permite trabajar además músculos que intervendrán en el parto, además de la espalda, las piernas, glúteos, abdominales, pero todo con mucho cuidado. La gimnasia en el agua o acquagym es otra opción, y puede ayudar a tener un mejor trabajo de parto sobre todo por la ejercitación de los músculos vinculados al abdomen."


Una propuesta para cada edad
Los bebés pueden ir al agua a partir de los 15 días, pero únicamente en piletas y con profesores especializados en natación para chiquitos tan pequeños. Sino, la recomendación es que pesen más de 4 kg (entre 3 y 4 meses). O con clases de ambientación de 4 meses a 2-3 años, clases de ambientación.

Además podemos armar la siguiente clasificación según cada nivel:


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