Los pechos maternos también necesitan cuidados. Debes higienizarlos con agua y evitar el uso del jabón. La misma leche materna es lubricante, desinfectante y cicatrizante y se recomienda colocarse unas gotas en el pezón, sobre todo en la zona que está en contacto con la boca de tu bebé.
También es importante que tus pechos estén aireados durante algunas horas y si es posible exponerlos al sol durante 15 minutos (antes de las 11 de la mañana).
Si estás tomando algún medicamento especial o si tenés alguna enfermedad seria, comunicáselo a tu médico para saber si él te recomienda darle otra leche a tu bebé que no sea la de tu pecho.
La leche que se utiliza en estos casos donde hay que dejar de amamantar se denomina leche maternizada, pero siempre hay que tratar de volver a darle leche materna, ya que es superior a cualquier otra.