Si bien unas pocas mujeres pueden "sentirse" embarazadas a los pocos días de la concepción, la mayoría prefiere confirmar su embarazo de un modo más seguro. Hay para ello tres técnicas. La "prueba hogareña de embarazo" detecta la presencia en la orina de la hormona "gonadotropina coriónica humana" (la sigla inglesa es hCG) ya a los 14 días de la concepción. Es muy fácil de realizar y muy precisa. La prueba que se efectúa en el consultorio, también con la orina, puede confirmar el embarazo de 7 a 10 días después de la concepción. Es aún más precisa que la prueba hogareña pero no tan conveniente, y por lo general más onerosa. Pero la prueba de embarazo más perfeccionada y exacta es el test hCG practicado en suero o sangre.
En este caso la confirmación puede darse menos de una semana después de la concepción. Cualquiera sea la técnica utilizada, si el resultado es positivo hay que pedir una consulta con el obstetra para someterse a un examen médico. Si éste confirma el resultado, ya se puede calcular la fecha del parto. Para ello debe partir del primer día de su último período menstrual (UPM), agregarle siete días, restarle tres meses, y a la fecha así obtenida correrla un año para adelante. Por ejemplo, si su UPM fue el 10/3/93, agregándole siete días obtenemos el 17/3/93, restándole tres meses pasamos al 17/12/92, y la fecha del parto estimativa será entonces el 17/12/93.
Desde el momento en que se confirma el embarazo, usted tendrá que realizar visitas mensuales al obstetra hasta la 32a. semana. A partir de ese momento tendrá que visitarlo cada dos semanas hasta cumplir el noveno mes, y de ahí en más irá a verlo semanalmente.
Claro que éste es un esquema estándar de visitas; su obstetra puede recomendarle una rutina de control algo diferente. La índole de su embarazo, sus síntomas, y el hecho de que haya tenido o no complicaciones en el embarazo actual o en los anteriores puede exigir que se introduzcan variantes en el esquema.
Si todavía no lo ha hecho, sería recomendable que este mismo mes revisara muchos aspectos de su vida y del medio en el cual se desenvuelve. Debe evitar el tabaco, las drogas ilegales, la cafeína (lo mejor sería suprimirla por completo, pero en todo caso no consumir diariamente más de una o dos tazas comunes, de unos 200 cm3, de café), el alcohol, los productos químicos caseros y gases como el benzeno, el aguarrás o trementina, las pinturas en aerosol, los solventes líquidos de pintura, los pesticidas, herbicidas, limpiadores de hornos y productos químicos fotográficos. Absténgase de tomar cualquier medicación, recetada o no, sin el conocimiento y la aprobación de su obstetra.
Un plan moderado de ejercicios físicos no presenta ningún inconveniente en un embarazo sin complicaciones, y de hecho puede ser beneficioso para aumentar la tolerancia a los dolores del parto y reducir los riesgos de dolores de espalda, calambres en las piernas, várices y constipación.
Por supuesto, tendrá que analizar el plan previamente con su obstetra porque en ciertas circunstancias será aconsejable que no haga ningún ejercicio físico. Esto puede ocurrir si tiene ya antecedentes de tres o más abortos involuntarios, si se le ha roto la membrana amniótica o "bolsa de aguas", si tiene trabajo de parto prematuro, hemorragias vaginales, cuello de útero insuficiente, diagnóstico de placenta previa, problemas cardíacos o embarazo múltiple.
Pautas a tener en cuenta Con la autorización del obstetra, puede seguir estas pautas básicas: • Limite los ejercicios enérgicos a un ritmo cardíaco máximo de 140 pulsos por minuto durante no más de quince minutos por vez. • Procure que la temperatura de su cuerpo no supere los 38 grados centígrados. • Evite saltar demasiado sobre los pies y las extensiones excesivas de las articulaciones, como se dan en la gimnasia aeróbica de alto impacto. • Antes de los ejercicios propiamente dichos, trate de hacer unos cinco minutos de precalentamiento, y después de ellos quédese relajada de cinco a diez minutos. • Por sobre todas las cosas, no deje de prestar atención a lo que le dice su cuerpo, y detenga la actividad si se siente demasiado cansada, débil, desfalleciente o mareada. Debe detenerla, por cierto, hasta tanto lo converse con su obstetra, si sufre alguna hemorragia, le falta el aliento, se marea o desfallece, tiene molestias en la espalda o dolores en la zona pélvica.