Al llegar a su cuarto cumpleaños, el niño ya es capaz de: • Vestirse sin ayuda, salvo que deba manejar ciertos botones difíciles. • Identificar y diferenciar entre sí muchos colores. • Realizar comparaciones. • Apartarse sin dificultad de sus padres y jugar fuera de la vista de éstos durante períodos prolongados. • Trazar una figura parecida a un ser humano. • Saltar sobre un solo pie y quizá dar así varios pasos. • Treparse a los muebles sin dificultad. • Contar con exactitud hasta cuatro monedas. • Ir solo al baño para hacer sus necesidades. • Jugar con varios compañeros y desarrollar en forma rudimentaria una interacción social o un juego de roles.
Al llegar a su quinto cumpleaños, el niño es capaz de: • Usar bien las tijeras. • Dibujar cuadrados o círculos. • Copiar un triángulo. • Dibujar una figura humana dividida en dos a cuatro partes. • Copiar algunas letras mayúsculas. • Definir muchas palabras. • Atrapar una pelota que le ha sido lanzada. • Ponerse los zapatos y quizás incluso atarse los cordones. • Vestirse y desvestirse fácilmente sin ayuda. • Entonar una canción de melodía reconocible. • Reconocer su nombre cuando lo ve escrito, y quizás escribirlo. • Dar saltos sobre ambos pies. • Contar con exactitud hasta diez monedas. • Nombrar correctamente cuatro colores. • Conocer la dirección de su casa y quizá su número de teléfono. • Usar tenedor y cuchara, y a veces también cuchillo. • Cooperar con otros niños. • Participar en juegos imaginativos más elaborados. • Tener un sentido más claro del tiempo. • Entender los conceptos de lo "igual" y lo "diferente". • Saber algunos números y entender el concepto del cálculo numérico. • Cumplir con órdenes o indicaciones divididas en tres partes. • Emplear al hablar oraciones formadas por cinco a seis palabras. • Dominar las reglas gramaticales básicas. • Contar cuentos. • Contar partes de un cuento que le ha sido narrado.
Padres e hijos ante las nuevas tecnologías Los niños de esta generación incorporan cada vez más rápidamente nuevas habilidades para el manejo de computadoras, fundamentalmente porque conviven con la revolución tecnológica que implica el uso de Internet.
En el estudio "Los pediatras, los padres, los niños e Internet", el equipo de informática de la Sociedad Argentina de Pediatría señala que aunque los pequeños sean usuarios experimentados, requieren de la supervisión de un adulto que conozca las posibilidades de uso según la edad, hábitos y medidas preventivas.
De 2 a 4 años: el comienzo • En esta etapa la actividad online implica participación continua de los padres. • Se sienten atraídos por imágenes y sonidos (fotografías de familia, cámaras web para comunicarse con parientes, animaciones). • Muestran interés por páginas con personajes favoritos de la TV. Recomendaciones • Aunque la capacidad de atención es limitada para las actividades en general, las imágenes de Internet estimulan la imaginación y se incorporan a las experiencias de los más chicos. • Esta etapa es inicial para el proceso de enseñanza sobre el uso y navegación segura. Por eso, requiere la supervisión del material y atención a las reacciones que genera.
De 5 a 6 años: ellos solos • Desean explorar la Web por sí mismos. • Generalmente se relacionan de manera positiva y abierta, tienden a conversar y a compartir ideas. • Se sienten orgullosos de saber leer y contar. Recomendaciones • No sólo desean portarse bien, sino que también confían en la autoridad a pesar de que aparezcan los primeros cuestionamientos. Este es el momento para fijar límites sobre cantidad de tiempo, horarios y tipos de actividades online permitidas.
De 7 a 8 años: crece el interés • Desafiar los permisos es parte del comportamiento normal de los niños de esta edad. Ante el uso de Internet, lo reflejan utilizando sitios con juegos en horarios prohibidos por su familia, por ejemplo. • Entre los 7 y los 8 años desarrollan el sentido de su propia moral e identidad de género, y normalmente están interesados en las actividades de los niños mayores que forman parte de su vida cotidiana.
De 9 a 12 años: expertos en línea • Navegan en Internet para buscar información escolar, descargan música, utilizan el correo electrónico, juegan en línea y siguen los sitios de sus famosos favoritos. • La mensajería instantánea (Messenger) y las redes sociales (Facebook) son el medio de comunicación preferido entre amigos. Recomendaciones • Con niños y preadolescentes en casa, se aconseja el uso de un navegador que permita el control del acceso a determinados sitios y contenidos según niveles de restricción establecidos. • Se recomienda que los padres tenga conocimientos de computación para poder acompañar a sus hijos en esta interacción.
13 a 17 años: técnicamente sofisticados Acompañar a los adolescentes con la seguridad en línea resulta bastante complicado, porque habitualmente saben más que sus padres sobre el software de Internet. Recomendaciones • Disponer la computadora en un espacio de circulación frecuente. • Promover charlas para revistar el cumplimiento de las normas de seguridad acordadas, que a su vez generen espacios de confianza. • Crear una cuenta en las redes sociales para "Agregarlos como amigos" o solicitar la supervisión de su actividad por parte de algún familiar que lo tenga en sus contactos.
Compartir Internet El concepto de Compartir Internet se orienta al diálogo familiar, la revisión de reglas consensuadas dentro de la familia y a fomentar el uso positivo de las tecnologías. Internet debe formar parte del universo de temas de conversación familiar y ser un ámbito donde se aprenda y aplique la mirada crítica y el discernimiento sobre la información que circula en la vida de un niño o adolescente.
Fuentes: Grupo de Informática Sociedad Argentina de Pediatría.