Con la ayuda de un aparato denominado ecógrafo es posible observar la imagen de su bebé en gestación. Una ecografía o sonograma puede constatar el bienestar general del bebé y su posición, y esto sirve de guía para ayudar a los médicos si deben o no realizar estudios especiales y operaciones. A la mayoría de las mujeres se les hace una ecografía al principio de su embarazo y una segunda entre las semanas 16 y 18. Si se detectara algún problema es muy posible que las mismas se realicen más seguido.
El procedimiento consiste en un sonar que es capaz de detectar objetos en un medio líquido. Las ecografías por lo general se practican normalmente para evaluar la evolución y salud del bebé, y también detectar ciertos problemas que de otra forma sería imposible saberlos.
Un cristal situado dentro de un aparato llamado transductor, convierte una corriente eléctrica en ondas de alta frecuencia, las cuales no pueden ser percibidas por el oído humano. Las ondas sonoras conforman un haz que penetra en el abdomen mientras se va moviendo el transductor hacia delante y hace atrás. El haz va refractando en el material que encuentra a su paso y el transductor registra estos ecos. Los ecos son convertidos en señales eléctricas que producen una imagen que puede observarse en una pantalla, semejante a un monitor de PC. El haz sólo puede penetrar los líquidos y tejidos blandos tales como los del saco amniótico, los riñones y el hígado. No puede atravesar huesos.
Las ecografías son cada vez más utilizadas para evaluar posibilidades de aborto, descartar embarazos ectópicos; en tratamientos de fertilidad, tales como la FIV y para las cirugías fetales. No plantea ningún riesgo para el feto ni para la madre.
Para qué se le practica a la mamá a. Como parte de una evaluación de infertilidad b. Para identificar problemas abdominales, tales como un embarazo ectópico c. Si los médicos sospechan que un aborto es inminente d. Para constatar un embarazo múltiple
Para qué se le practica al bebé: a. Para constatar la ubicación del bebé y el desarrollo de la placenta b. Para controlar el ritmo de crecimiento del bebé, particularmente cuando no se conoce la fecha de la concepción c. Para averiguar si el bebé ya está en condiciones de nacer, si la fecha de parto ha pasado d. Para confirmar que el bebé se encuentra en la posición normal, que es cabeza abajo y no nalgas abajo, después de la semana 38 e. Para detectar ciertas anormalidades fetales, tales como la espina bífida f. Para monitorear al feto mientras se practican algunas pruebas especiales, tales como la amniocentesis o la fetoscopía g. Para guiarse en operaciones que se practican al feto dentro del útero
La ecografía es indolora y suele durar alrededor de unos quince minutos. Para hacerla le untarán el abdomen con aceite o con una gelatina que actuará como conductor de las ondas sonoras y pasarán el transductor por esa zona, moviéndolo en diferentes direcciones.
Es probable que le pidan que beba con 1 hora de anticipación de medio a un litro de líquido, preferentemente agua, y que no orine hasta no hacerse ésta. Esto posiblemente cause incomodidad, sobre todo cuánto más avanzado está el embarazo, pero lo cierto es que una vejiga llena hará que la imagen del feto en la pantalla sea más nítida.