Muchos hombres a pesar de estar orgullosos y felices con su situación de paternidad, se preguntan cómo esta nueva etapa afectará su vida.
Se debe ser realista y, reconocer que una nueva personita en la casa, traerá por algunos años una disminución en las posibilidades de movimientos y las decisiones importantes deberán también adaptarse a las necesidades de un niño en la casa. A continuación te damos algunos consejos para disfrutar y aceptar esta nueva etapa.
Acepta los cambios El primer paso hacia la paternidad es aceptar que es un tiempo de cambios, en el cual pueden aparecer conflictos e intensas emociones que enfrentar, pero es fundamental comprender que es uno de los escalones más importantes en la vida de una persona.
Comparte los sentimientos con tu pareja Compartir abiertamente tus sentimientos y pensamientos con tu pareja. Te dará el coraje necesario y verás que entre ustedes, se creará una nueva y estrecha relación, que los unirá aún más.
Participa en el embarazo, en el parto y en el cuidado de tu hijo Alrededor del mundo el hombre difiere mucho en cuanto a su compromiso y participación en el embarazo, parto y en los cuidados de la post-natales, pero en los últimos años el rol paterno se ha flexibilizado mucho.
La antigua postura de observadores ha ido cambiando, y hay muchos padres que intervienen activamente en los cuidados prenatales, en estar presentes en el momento del parto, aportando así un gran soporte emocional, e inclusive llegan a quitarle horas a sus trabajos para poder cooperar en las tareas cotidianas de la casa.
¿Cómo hago para despertar mi instinto paternal? Naturalmente el hombre ya posee el instinto de perpetuar la especie como el resto de los animales. Hoy en día nos preguntamos si este instinto ha sido reprimido por diversos factores como la situación afectiva, económica y psicológica de los hombres.
Sin embargo, según las últimas, investigaciones se han descubierto que el 50% del instinto paternal proviene principalmente del cuerpo del hombre, precisamente de sus hormonas y se ha demostrado que al igual que muchas especies, el macho está preparado genéticamente para cumplir un rol muy importante en la crianza de sus hijos.
Aquellos hombres que conviven con su mujer embarazada producen niveles más bajos de testosterona y mayores niveles de estradiol. La testosterona es una hormona asociada a la agresividad, competitividad y al deseo sexual, mientras que el estradiol es una hormona femenina. Debido a estos cambios hormonales es lógico responder que tu instinto paternal se despertará sin ninguna duda mientras convives con tu mujer embarazada.
No te sobre exijas Ser padre estimula cambios en tu estilo de vida, dándote la oportunidad de reevaluar tus elecciones y posibilidades y cuestionarte sobre los valores básicos y esenciales en tu vida futura. A las implicancias financieras de la nueva situación, a veces, se le da menos importancia de la que realmente tiene.
Sin duda alguna traerá acarreados nuevos gastos y deberás pensar en aumentar tus ingresos, ya que muchas veces también será necesario pensar en una vivienda un poco más grande. En algunos casos estas exigencias provocan un aumento en las horas de trabajo del hombre y descuidan el soporte emocional que toda embarazada necesita. Además esta sobreexigencia puede provocar sentimientos de tensión, ansiedad y a veces depresión. Es importante entonces ver todas las cosas con perspectivas reales para no llegar a situaciones límites.
¿Cómo será mi relación con el bebé? Tal vez este será el primer encuentro "cuerpo a cuerpo" con un bebé recién nacido y si no estás familiarizado con el mundo de los bebés, se convertirá en todo un desafió aprender a tranquilizarlo, cambiarle los pañales, contarle cuentos o aprender a acariciar una piel tan delicada. También pueden surgir conflictos relacionados con tu propia crianza y desacuerdos con tus propios padres que nunca antes habían salido a la luz.
Para evitar tanto cambio repentino te aconsejamos que entables una relación con tu hijo desde el embarazo y que te acerques a otros bebés para entender más su mundo.
Relación intraútero La relación con tu hijo se puede iniciar mucho antes del nacimiento, desde que está en la panza de la mamá. A partir del segundo trimestre, se pueden conectar a través del tacto con las "pataditas" o de los movimientos que le provocan los sonidos de tu voz. En la última etapa del embarazo, inclusive, pueden reconocerse partes anatómicas del bebé y ya puedes comenzar a acariciarlo.
También puedes escuchar los latidos de su corazón colocando tu oreja sobre la panza de tu pareja, por debajo del ombligo. Sentirás que su corazón late mucho más rápido que el tuyo.
Relación con otros bebés Una forma muy realista de valorar lo que es la paternidad, es ponerte en contacto con otros padres primerizos y pasar una tarde los dos juntos con el bebé.
¿Cómo será mi relación con mi pareja? La relación con tu pareja seguramente cambiará durante el embarazo, ya que ahora existe otra persona que incluir en vuestra vida. Puedes sentirte a veces un poco dejado de lado, o que estás perdiendo la atención de tu pareja en la medida que ella está siendo absorbida por el crecimiento en su vientre del hijo que vendrá, o por los sentimientos que va generando a lo largo de todo el embarazo y especialmente después del nacimiento.
Si eres de las personas que se involucran, sentirás que durante las primeras semanas del nacimiento es casi imposible dar mucha ayuda con los cuidados del bebé. La madre es la "jefa de operaciones" y a veces te puede resultar difícil de aceptar esa situación. También puede ser que experimentes celos hacia la mujer que es la que tiene esa capacidad casi mágica que significa el proceso del embarazo y la posibilidad de generar una nueva vida.
Otra faceta diferente del embarazo es que la mujer muchas veces cambia considerablemente sus estados de ánimo y su carácter. Pasará de momentos de dramatismo teatral inentendible a momentos de risas descontroladas. Luego a un llanto desesperante y tal vez, de repente, se le antojará comer algo que seguramente demandará varias horas de búsqueda para poder encontrarlo. Cuando finalmente consigas el objeto de su antojo, la encontrarás profundamente dormida y nunca se enterará del esfuerzo que te costó complacerla!
Hazte a la idea que el embarazo sólo dura nueve meses, y que serán más los momentos de bienestar que los de "locura transitoria".
¿Es normal que experimente síntomas del embarazo? En algunos hombres puede suceder que aparezcan síntomas similares a los del embarazo de su mujer o, a los dolores de parto. Muchos hombres experimentan también un aumento de peso durante el embarazo, o la aparición de náuseas, vómitos o diarrea. Son de escasa magnitud y se lo denomina Síndrome de Couvade.
Los hombres que presentan estos síntomas son los que se encuentran más compenetrados en el proceso del embarazo y del parto. En estos casos es importante que tenga libertad de acción el día del parto y se le permita entrar y salir libremente de la sala.
Una herramienta que logra con su práctica proporcionarnos estados de bienestar, confianza y optimismo.
¿De qué se trata la visualización? Es una técnica que conecta a las personas con imágenes para acercarse a vivencias concretas y corporales a través de representaciones mentales que construye cada individuo. Se trata de aprovechar nuestra capacidad imaginativa y de pensar utilizando imágenes en lugar de conceptos.
¿Qué imágenes se usan para esta actividad? Todas las imágenes tienen la misma intensidad y actúan con igual efectividad sobre el organismo. Algunas provienen de la realidad objetiva (estímulos que nos llegan del ámbito externo) y otras surgen de la realidad subjetiva (que construimos con recuerdos, emociones, fantasías y sueños).
A la hora de crear una imagen se recomienda que cada uno observe cuál es el sentido que más privilegia en su experiencia perceptiva habitual y qué escenas contienen elementos familiares y estimulantes. Por ejemplo, una persona en quien predominan las imágenes visuales probablemente recurra a colores y paisajes, mientras que otra con mayor desarrollo del sentido táctil o auditivo, elija experimentar sensaciones sugeridas por texturas o sonidos respectivamente.
¿Cómo se inicia un ejercicio de visualización? Para que la visualización resulte eficaz, es importante dejarse invadir y envolver por todas aquellas sensaciones, recuerdos, sentimientos y emociones que surjan a partir de de la evocación de una imagen o escena original. Para ello, se debe relajar el cuerpo y entrar en otro estado de consciencia a través de la respiración profunda (cambiando su ritmo conscientemente).
¿Qué beneficios aporta? La visualización contribuye a: • disminuir el miedo. • asumir el control sobre lo que sucede con el cuerpo. • mejorar el sistema inmunológico y el proceso hormonal. • modificar creencias que sean incompatibles con la buena salud. • disminuir el estrés y aumentar el sentimiento de confianza y optimismo.
Propuestas de visualización para las diferentes etapas del embarazo Primer trimestre: recurra a imágenes relacionadas con la formación del bebé, y con la preparación corporal de la mamá para hospedarlo. Ejercicio: visualice el útero como una casa en la que están por llegar invitados muy queridos, en la que se organizan los preparativos con cuidado y alegría para recibirlos.
Segundo trimestre: apele a los movimientos del bebé que se empiezan a sentir dentro de la panza para relacionarse con su crecimiento. Ejercicio: imagine los detalles de esos primeros movimientos (un piecito que cambia de posición, una patadita suave, etc.).
Tercer trimestre: concéntrese en el momento del parto y en el plano vivencial y emocional del vínculo de la mamá con su hijo. Ejercicio: visualice como será el momento del parto, quiénes estarán allí, el primer intercambio de miradas con el bebé, cuál será el lugar de ese ser en el mundo.
Cuando concluye la visualización es recomendable volver al estado de vigilia a través de una respiración más activa y con estiramientos corporales. También, se puede relatar o dibujar lo experimentado durante la ejercitación para descifrar y expresar sentimientos.
El bebé ya llegó a casa y lentamente la vida se va adaptando a su presencia. Para la pareja, será un tiempo nuevo y primará la necesidad de acomodar distintos aspectos de la cotidianeidad y la relación, entre ellos la actividad sexual. Surge entonces la inquietud de cómo regular la fecundidad si no se desea un nuevo hijo de inmediato.
Existen distintas alternativas para evitar el embarazo en esta etapa
El MELA El método de amenorrea de la lactancia (MELA)es uno de ellos. Se basa en un hecho fisiológico natural: que cuando la mujer no menstrúa no ovula y, por lo tanto, no puede -en teoría- quedar embarazada. Sin embargo, para que su seguridad anticonceptiva sea lo más alta posible, este método tiene que cumplirse según determinados criterios: lactancia materna exclusiva, ausencia de menstruación desde el parto y un lapso menor a seis meses luego de haber dado a luz.
Para usar el MELA, la mujer debe amamantar inmediatamente después del parto, con frecuencia, cada vez que el lactante lo pide y sin horario, sin biberones ni chupete, sin dejar transcurrir largos períodos entre una alimentación y otra, de día y de noche, sin suplementos e incluso cuando la madre o el bebé estén enfermos.
El método tiene una serie de ventajas: es sumamente eficaz (98% de seguridad anticonceptiva), es fácil de usar, comienza inmediatamente después del parto, no requiere la toma de ninguna medicación o suministro, no interfiere con la vida sexual, no tiene efectos secundarios y beneficia tanto la salud de la madre como la del bebé. Las desventajas consisten en que no es una opción para las mujeres que no amamantan, que es un método de duración limitada y que no siempre será fácil mantener un patrón de amamantamiento de este tipo –exclusivo y a demanda-.
Tampoco protege contra las infecciones de transmisión sexual o el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), pero estas últimas situaciones en una pareja establecida y monógama no deberían ser motivo de preocupación.
Otros métodos Además del MELA, hay otros métodos no hormonales que no interfieren con la composición de la leche ni con su provisión. Por ejemplo, los Dispositivos Intrauterinos de Cobre (DIU) y los preservativos, el diafragma y los capuchones cervicales, las esponjas anticonceptivas y los espermicidas.
El DIU tiene una tasa muy efectiva como método anticonceptivo, pero en algunas mujeres genera molestias abdominales y sangrado y demanda la participación de un profesional para su colocación y extracción. Su protección se extiende por varios años, así que si está en los planes volver a tener un hijo antes, hay que quitarlo para buscar el embarazo. El resto de los métodos mencionados -de barrera- tienen una eficacia anticonceptiva menor: el espermicida apenas supera el 80%, el diafragma, esponja anticonceptiva y capuchón cervical, el 94, 80 y 74% respectivamente y el preservativo masculino el 98%, pero se deben colocar antes de cada relación sexual.
Los métodos de barrera, como los preservativos o el dispositivo intrauterino de cobre (DIU), que puede insertarse inmediatamente después del parto, son buenas opciones porque no afectan el suministro de leche.
Algunos anticonceptivos hormonalesadecuados son las píldoras, los implantes o las inyecciones que sólo contienen progestina y no estrógenos. Las píldoras anticonceptivas mixtas contienen estrógeno y progestina y la limitación es que el estrógeno puede reducir el suministro de leche cuando se comienza a amamantar.
La minípildora o píldora de progestina es un buen método de control de la natalidad cuando se está amamantando puesto que no afecta la producción de leche, se toma una píldora diaria y no tiene importantes efectos adversos; en cambio, la píldora tradicional, que suma el estrógeno desmejora la calidad y cantidad de la leche materna, por eso se desaconseja como método de control de la natalidad cuando se da de mamar.
Algunas mujeres temen que la utilización de hormonas afecten el desarrollo de sus bebés si son lactantes. Sin embargo, numerosos estudios han comparado la utilización de esta clase de métodos anticonceptivos con alternativas no hormonales y los niños no presentaron ninguna clase de diferencia en materia de crecimiento y desarrollo. Además de la minipíldora y las inyecciones de progestágenos –en el primer caso son de toma diaria, en el segundo pueden ser de uso mensual o trimestral- existe la opción de los implantes subcutáneos que contienen únicamente la hormona desogestrel. Se aplica en el consultorio médico, con una pequeña dosis de anestesia, en la cara interna del brazo: es un dispositivo que mide milímetros y puede retirarse en cualquier momento, aunque brinda eficacia anticonceptiva durante 3 años.
El DIU liberador de progestágenos es otra de las alternativas, y su duración alcanza los 5 años. Después de 6 meses transcurridos desde el parto, y aunque se mantenga la lactancia, es posible introducir un método anticonceptivo combinado (estrógenos y progestágenos), porque el ritmo de amamantamiento y la calidad de la leche materna ya no se verán afectadas.
Las mujeres que no dan de mamar pueden usar con seguridad un método anticonceptivo combinado, aunque con algunas restricciones sobre el momento de iniciar su utilización. La combinación de estrógenos y progestágenos, especialmente la de la píldora tradicional, está desaconsejada antes de transcurridas las 3 semanas del parto que es cuando se reduce el riesgo de trombosis venosa profunda. En ese caso se sugiere algún método de barrera en las relaciones, ya que puede existir ovulación en aquellas mujeres que no dan de mamar luego de 3 semanas del parto.
Si el bebé no lacta y se desea un método anticonceptivo hormonal combinado también se puede optar por el parche transdérmico, que se renueva en forma semanal; el anillo vaginal, que tiene una duración mensual; los inyectables mensuales o trimestrales o la píldora anticonceptiva de toma diaria.
La alternativa adecuada para cada mamá podrá encontrarse siguiendo el consejo de su obstetra.
Fuentes: -Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos -Organización Mundial de la Salud (OMS) -Family Health International
La idea de una mujer embarazada se asocia inevitablemente con la maternidad, y en nuestra cultura ser madres está bastante lejos del deseo.
¿El embarazo es una etapa de apatía sexual? "No. El embarazo atraviesa distintos momentos y etapas, y el deseo sexual generalmente varía con ellas, pero no implica una disminución del deseo", explica la doctora María Alejandra Rodríguez Zía, médica clínica y endocrinóloga, directora de Medicina Biomolecular.
¿Se pueden tener las mismas relaciones sexuales que se tenían antes del embarazo?(intensidad, posturas, frecuencia). En el primer trimestre del embarazo no cambia nada respecto a las posturas, la intensidad y la frecuencia, que dependerá de cada mujer y del estrés que le produzca estar embarazada, tanto a ella como a su pareja.
En el segundo trimestre, la intensidad y la frecuencia pueden ser mayores pero comienzan a cambiar algunas posturas: serán mejores las posturas decúbito lateral (cucharita), y se contraindicarán todas las posturas en las cuales exista alguna presión sobre el abdomen (por ejemplo, la clásica del misionero). En el tercer trimestre del embarazo la mujer podrá tener todo el sexo que desee: solamente deberá cuidar mucho las posturas que adopte para que la panza quede totalmente libre de cualquier tipo de presión o esfuerzo.
¿Qué pasa cuando aconsejan reposo por pérdidas u otros riesgos? En ese caso las relaciones sexuales quedan totalmente contraindicadas hasta que se normalice el embarazo.
¿Cuánto tiempo se espera luego del parto para volver a tener sexo? ¿Este período de abstinencia es por razones físicas o psíquicas? La abstinencia después del parto varía mucho según como fue realizado. En la mayoría de los casos hay episiotomía, esta herida es un tajo importante en la vagina que requiere una total cicatrización por lo que siempre se ha recomendado 40 días de abstinencia. Esta limitación no descarta cualquier otro tipo de actividades sexuales con la pareja, siempre y cuando no exista penetración que ponga en riesgo el proceso de cicatrización.
Hay un pequeño grupo de mujeres en las que no se les realiza la episiotomía, mujeres naturistas que quieren tener el parto en su casa o partos bajo el agua. En los casos en que logran no tener ninguna herida vaginal por desgarros el tiempo de reposo será mucho menor pero igual se necesita un mínimo de dos semanas antes de volver a tener relaciones con coito.
¿Qué pasa si se les practicó una cesárea? Tendrán que ser muy cuidadosas en retomar la vida sexual habitual, dado que el útero fue abierto y debe cicatrizarse internamente. Aunque la vagina no haya sido traumatizada, si se retoman las relaciones sexuales es conveniente que durante al menos 3 meses sea con preservativo para evitar cualquier tipo de infección que pueda complicar el útero. La cesárea también limita la relación sexual en temas de posturas, dado que la mujer no debe hacer esfuerzos abdominales hasta pasados los tres meses.
¿Y qué pasa luego del parto con el deseo sexual? La libido sexual de la mujer en el post parto disminuye brusca e intensamente porque se dedicará a su bebé con toda su atención. Por otro lado, la psicología de la mujer en el post parto está fuertemente modificada por el cambio hormonal. En ese momento sube una hormona llamada prolactina que inhibe la ovulación.
Esta bioquímica que cambia de un día para el otro en el cuerpo de la mujer está orientada a favorecer la lactancia: la misma hormona que produce la leche es la que inhibe al ovario y la libido sexual. Es muy frecuente que el hombre sienta este desplazamiento, la mujer se transforma en una gran madre y por un tiempo, que varía mucho de mujer a mujer, deja de ser la pareja sexual que él conocía.
¿Qué aconseja a las parejas durante el período en que no se tiene relaciones? El período post parto hay que defender la relación de pareja con mayor diálogo, con mayor participación del padre en el cuidado del bebé y sobre todo con el conocimiento de lo que está ocurriendo en el cuerpo de la mujer.
Todo esto puede conducir a tener una relación sexual diferente pero íntima de alguna manera: caricias, masajes, baños de inversión juntos y todo lo que contacte a la pareja aunque no se tenga sexo literalmente.
¿Qué aconseja a las parejas que vuelven a relacionarse sexualmente una vez pasado el puerperio? ¿Varones y mujeres no están en frecuencias demasiado distintas (ella, madre a full; él intentando integrarse a la nueva familia) como para que no ocurran dificultades y enfrentamientos? Si durante el período del puerperio la pareja mantuvo contacto físico y mucho diálogo le será muy fácil recomenzar su vida sexual desde el momento en que la mujer vuelva a tener libido. Si han podido compartir y comprometerse, y desde el nacimiento él participa en los cuidados y demandas del bebé, el varón sentirá que nunca dejó de pertenecer a la familia que él formó.
Cuándo puede ser riesgoso tener sexo durante el embarazo: • Antecedentes o riesgo de aborto espontáneo o parto prematuro • Sangrado, flujo vaginal o cólicos inexplicados • Pérdida de líquido amniótico o rotura del saco amniótico • Placenta previa (cuando la placenta cubre el cuello uterino) • Cuello uterino debilitado, que se abre demasiado pronto • Si existe una infección de transmisión sexual
Entre el mito y la realidad • El sexo no le hace mal al bebé: está protegido por el líquido amniótico y el vientre de su mamá. • La punta del pene no puede llegar a tocar al bebé ni lastimarlo. • El movimiento del útero durante el orgasmo no es perjudicial, no puede producir contracciones si el embarazo es normal. Al contrario, si la mamá siente placer, también lo siente el bebé.
La revolución que se desata en el posparto no es patrimonio exclusivo de las madres. Los varones también son “puérperos”.
En este día del padre, Experiencia mamá te propone dedicarle una cuota extra de atención a él, para reflexionar sobre lo que le está pasando y acompañarse mejor en esta aventura de tener un hijo juntos.
Acaba de nacer tu bebé. Una revolución pasó (y pasa) por tu cuerpo, por tus emociones, por tu casa y por tu vida entera. Es un momento intenso en todo sentido. Ya sabés qué significa la palabra puerperio y todo lo que te contaron que experimenta una mamá en esta etapa. Pero probablemente no tengas tan claro que los papás también están de pos-parto. Porque, por más que él no haya "puesto el cuerpo" al cien por ciento (como vos) durante el embarazo y el alumbramiento, para los varones estrenar una nueva paternidad tampoco es algo que se vislumbre "allá lo lejos", sino que es un hecho que los atraviesa y les genera un montón de sensaciones.
Para este día del padre, te proponemos dedicar unos minutos a mirar de otra manera al papá de tu hijo, para entender mejor lo que le está pasando a él. No te lo tomes como "un deber más" en un momento en que desbordás de exigencias, sino más bien como un mimo y como un aporte para acompañarse más y mejor en este capítulo tan importante de sus vidas y de la de su bebé.
Tiempos modernos Hace no tanto tiempo, quizás incluso en la generación de tus padres, regía un modelo social tradicional que ubicaba muy definidamente el rol del hombre como proveedor (material) dentro de la estructura familiar.
Cuando llegaba un hijo a la casa, no surgían demasiadas preguntas porque estaba preestablecido tácitamente cómo repartir las tareas. Al varón le tocaba algo así como asistir a la situación. Era el que salía a trabajar y el que, en casa, debía cuidar a su mujer, para que ella cuidara a su hijo.
Hoy las cosas no están tan de un lado o del otro. La madre necesita contención y ayuda durante el puerperio. No cabe duda de eso. Pero el padre, también. En la actualidad, es posible verlo con mayor claridad porque la escena se enfoca desde un ángulo diferente. Ya las responsabilidades no son estancas, se definen (y redefinen) en la marcha y en el devenir de cada familia.
Hay papás que trabajan menos que las mamás y los hombres tienen habilitada la expresión de su sensibilidad de una manera que antes no. Sí, ¡los hombres también lloran! Y se emocionan, y tienen miedos, y se sienten ciclotímicos ante una novedad vital que los corre del lugar que hasta ahora ocuparon en sus vidas. Visto así, se entiende mejor que el hombre también necesitaba ser escuchado y contenido durante el puerperio. Por más que, todavía, la Real Academia española no contemple que el sustantivo "puérpera" tiene masculino.
¿Qué le pasa a él? "Independientemente del contexto en el que llega un hijo a una familia, siempre se trata de un hecho vital y forma parte de un proyecto positivo. Y esto es lo que muchas veces dificulta tener en cuenta que conlleva una cantidad enorme de cambios, no sólo en la mujer sino también en el hombre", explica el Lic. Guillermo Augusto Vilaseca, psicólogo, coordinador de grupos de hombres y director de www.varones.com.ar.
En el cuerpo pasan cosas: muchos hombres engordan, se les cae el pelo y padecen trastornos de sueño es una época de mucho estrés. En lo emocional, también: la sensibilidad aumenta en esta etapa, se descubren sentimientos. Vilaseca puntualiza que, así como habitualmente las mujeres metabolizan con mayor naturalidad eso que sienten, para algunos varones no es una tarea fácil. Porque no suelen estar acostumbrados y se descolocan. De la misma manera en que a muchos papás les cuesta entablar relación con un bebé porque no tienen tanto "entrenamiento" como las madres, quienes seguramente en su infancia jugaron a las muñecas y luego se encontraron en situaciones al cuidado de algún niño.
Para los varones, también son muchos los cambios y desafíos que se presentan cuando nace un hijo. En los últimos años, varias investigaciones demuestran que los padres son susceptibles de padecer depresión postparto. Según un estudio de Universidad Hebrea de Jerusalén, es un cuadro que se presenta en el 17% de los casos.
Aunque hoy está muy bien visto que el hombre participe activamente en la llegada de un bebé (que esté en el parto, que se ocupe del hijo casi a la par de la mamá, etc.), lo cierto es que, aun así, hay situaciones que facilitan que él quede excluido. Para empezar, a los pocos días, él ya retoma la rutina laboral y entra en contacto con un "mundo exterior" que lo sitúa diferente en la nueva estructura hogareña que se está formando. La mujer, en cambio, tiene instituido socialmente que debe quedarse en casa al cuidado de su hijo.
"Pero además -agrega Vilaseca- muchas mujeres, desde el lenguaje le asignan al varón un lugar excluyente. Por ejemplo, cuando dicen ´él me ayuda con el bebé´. En la manera de hablar y de organizar las responsabilidades hay señales del espacio. Si la mujer, tal vez sin darse cuenta, deja afuera al varón, lo aleja. Y esto dificulta el desarrollo del niño, de la pareja, de la familia."
Algunas claves para acompañarse mejor • Revisá el lugar que le estás ofreciendo al papá de tu hijo: valoralo expresamente, invitalo a participar, permitile espacios de exclusividad (alguna tarea que sólo él realice con el bebé). No es fácil correrse un poco en este momento, pero a veces es necesario para que el otro pueda hacer su parte.
• Escuchá lo que le pasa: planteale que sabés que le están sucediendo un montón de cosas, preguntale cómo está, qué siente y mostrate interesada en comprenderlo. Contale que la contención que vos tanto necesitás también podés brindársela a él. Seguramente, mencionárselo ya lo va a hacer sentir amparado por vos.
• Partí del diálogo franco: no den por supuestas las cosas, plantéenlas. Hoy por hoy la manera de asumir la crianza y de repartirse en la tarea no es algo preestablecido sino que se construye en el contexto de cada núcleo familiar. Conversar acerca de lo que sienten, de las expectativas y de las necesidades de cada uno es la base esencial para poder negociar y entablar acuerdos en los que ambos se sientan tenidos en cuenta.
Durante 27 años, Luisa Bengolea fue enfermera. Los últimos diez los dedicó especialmente a la perinatología (*). Fue así que, desde el revés de la trama donde se visualizan claramente los principales desafíos que debe atravesar una madre reciente, diseñó un conjunto de herramientas para asistirla y darle información a menudo sencilla y hasta de sentido común, pero que suele estar ausente de la conserjería preparatoria habitual.
Por ejemplo -dice Luisa a experienciamamá.com.ar- a una embarazada le han contado o leyó seguramente que tal o cual anomalía cromosómica produce síndrome de Down, u otras cuestiones que difícilmente aplicará, pero no sabe qué es el calostro y qué función cumple. Mi foco está puesto en lo que le pasa a la mujer con el nacimiento, desde ese nacimiento. Si acaba de tener un hijo y no puede conectarse con el bebé, esto repercutirá negativamente en toda la vida de ambos.
En su práctica cotidiana, Luisa afirma que nota a menudo en las flamantes mamás dificultades para acercarse a sus recién nacidos. "Si el bebé llora y ella pregunta por qué o siente que no puede levantarlo de la cuna (porque no sabe) hay algo que no anda bien. Y eso es frecuente. O nunca jugaron a las muñecas o las madres no les transmitieron este saber tan esencial. Los grupos de referencia que teníamos de niños, las abuelas, las tías abuelas, hoy ya prácticamente no existen. Y hace falta escuchar a las madres, que saben, porque hay cosas que son siempre igual. Hoy en día una nena de 10 años va a computación, a inglés, a francés, ¿y cuándo tiene tiempo para jugar?".
La primer hora y media Uno de los aspectos en que más insiste Luisa Bengolea en sus charlas es contarle a las futuras mamás qué ocurre durante la primera hora y media inmediatamente posterior al nacimiento. "Es un estado de alerta máxima del recién nacido y de la madre. Lo ideal es que estén juntos: mirarse, olerse, establecer el primer contacto madre-hijo. Y comenzar ahí la lactancia, porque el bebé tiene la capacidad de buscar el pezón y empezar a mamar. Luego, tanto el chico como la mamá ingresan en un letargo, pero esa primera hora y media no se repite más. Por eso es importante que la embarazada conozca que esto sucede. El bebé debe ir siempre con ella a la habitación. Y si por alguna complicación el bebito está en neonatología, si tuvo un parto vaginal, apenas se ha ido el efecto de la peridural puede ir a neonatología para verlo. Nadie le puede decir nada. Que vaya a verlo. Con una cesárea, entre las 10 y 12 horas puede ir a neonatología también".
Las charlas que ofrece Luisa Bengolea a las futuras mamás son semanales y tienen un costo accesible. Ella aconseja que la mujer vaya acompañada por alguien, que puede ser su pareja o marido, o un familiar, una amiga, dispuesto a estar cerca (y el acompañante no paga, agrega, sonriendo). ¿Y de qué hablan? "De cuestiones que casi nadie tiene en cuenta -afirma. Vengo de una familia de muchos hermanos y pese a que no tengo hijos sí soy tía de más de 20 sobrinos. Y he visto claramente cómo la maternidad desborda a la mujer. Por eso algo sobre lo que siempre trabajamos en mis charlas es cómo organizar la casa antes de que llegue el bebé".
Las visitas y el bebé Muchas familias, afirma, hacen reformas para ampliar o darle otra distribución. "Ese trabajo tiene que estar terminado para el momento en que regresen con el bebé -explica. Una mujer no puede venir después de haber tenido un bebé y que justo ese día haya albañiles o pintores para arreglarle el baño. Eso seguramente la hará sentir muy angustiada e incómoda".
Las visitas, que a veces empiezan en la clínica o el sanatorio, son otro problema frecuente. "Para un bebé no es bueno estar rodeado de gente todo el tiempo ni pasar de brazos en brazos y tampoco lo es para su mamá -asegura la enfermera. Ella tiene un sentimiento de pertenencia que merece ser respetado. Muchas veces, además, los adultos no recordamos que el bebé es un ser humano y tiene derechos, el principal de toda persona el de ser respetado. Pero también, en especial las primerizas, se sienten desorientadas, vulnerables. Las hormonas las vuelven a un estado muy especial. Una sugerencia que les hago, cuando ven que el bebé pasa de brazo en brazo, es que le digan a la persona cortésmente que tiene el pañal sucio y que va a cambiárselo. Ahí se lo entregarán, sin lugar a dudas".
La idea es que más que recibir visitas la madre tenga la ayuda de las personas que van a verla. Que los que se acercan lo hagan con una función y que las visitas no se amontonen. "Hay gente que quiere visitarte y realmente ofrecerte una ayuda. La casa cambia. Que te saque el tachito de basura y te haga un arroz y te lo deje en la heladera, es una ayuda. Y si lo trae hecho de su casa, mucho mejor. Hay mujeres a las que no les importa que esté sucio o más desordenado, pero hay otras a las que sí. Ellas tendrían que contar con esa ayuda, aunque a todas les viene bien regresar a casa y que el nuevo ritmo no las altere todavía más".
Algo tan aparentemente sencillo como ir a hacer las compras antes del gran día merece sin embargo ser pensado con atención. "Hay mujeres a quienes les gusta cocinar, y esas tienen que llevar elementos para llenar su freezer durante algunas semanas -explica la enfermera. Sino, mi recomendación es comprar elementos que sean fáciles de preparar, fiambres, pan, verduras, frutas… tener siempre un postre en la heladera, porque así podrán concentrarse mucho más en la tarea de mamás que en llevar adelante lo cotidiano del hogar. Y si el marido es de los que necesitan las camisas perfectamente planchadas, que lo haga él o que se encuentre una persona capaz de tener la ropa lista. Pero esto hay que preverlo".
Las mascotas y su atención son otra cuestión sobre la que Luisa Bengolea pregunta y aconseja. "Tiene que haber alguien que se ocupe", advierte.
El llanto ¿Qué desespera a las mamás recientes? "Que el chico llore -dice, sin dudar, la enfermera. La pregunta mía siempre es: ¿dónde estuvo este bebé 9 meses? En un lugar donde no tenía hambre, ni frío, ni calor… Nada lo perturbaba, todo era amortiguado y cálido ahí. De repente en un segundo te sacan a un lugar donde hay frío y calor, te tocan y besan, te hablan, te ponen pulseritas, te pinchan para la vitamina, la vacuna, te bañan, te visten, te pesan, te peinan si tenés pelos… ¿Por qué llora? Porque todo es nuevo para el recién nacido y el llanto es su medio de comunicación. Por eso, por lo menos durante los primeros seis meses de vida es imposible no levantarlo cuando se lo escucha llorar. Nunca hay que dejarlo llorar, hay que calmarlo. Porque cuando nadie les responde dejan de llorar, pero por agotamiento. Y eso no debería ocurrir".
Dice Luisa Bengolea que las mamás tienen que ponerse a distancia de las opiniones ajenas en éste sentido, en especial las que dicen que un chico alzado es un chico malcriado. Más cerca de la modalidad de la crianza con apego, Bengolea afirma que cuando el pediatra indica que el bebé tiene que compartir la habitación con los padres es también porque hay que levantarlo cuando llora. E inclusive llevarlo a la cama matrimonial hasta tanto se duerma. Porque a un bebé no se le indica ‘andá, acóstate y dormí', sino que se lo ‘pone a dormir'. Es una tarea, que lleva una rutina implícita, y una rutina da seguridad".
Recomendaciones Las recomendaciones de Luisa son a menudo muy concretas. "No asustarse si les salen granitos, si estornudan o se les cae la piel. Es normal. Ahora, si se nota al bebé caliente y se le pone el termómetro y tiene fiebre, ahí sí hay que actuar. Ni siquiera llamar al pediatra, yo aconsejo directamente ir al hospital o al centro de salud. No esperar nunca hasta la noche. De noche, todo se complica más, y de esto sé mucho. El médico está cansado, la enfermera también, es más difícil encontrar una cama…"
¿Parto domiciliario? Dice Luisa Bengolea que no es para todo el mundo. Y que tampoco una cesárea es lo peor del mundo. ¿Parto mínimamente intervenido? Dice que en muchos lugares falta espacio para que la mujer haga un buen trabajo de parto y además, debido a la falta de preparación las madres salen antes de sus casas para internarse -con poca dilatación y, al llegar al hospital o la clínica, el parto se acelera. El nacimiento, agrega, es siempre un misterio y a veces la cesárea da más seguridad. "Todo es bueno y todo sirve -sintetiza- si se lo utiliza en el momento y la situación adecuadas".
Sobre la lactancia, afirma que el asesoramiento es útil, no sólo porque se han perdido aquellos referentes familiares que transmitían estos saberes, sino porque algunas veces las mujeres no quieren amamantar por temor a que eso las afecte estéticamente. "Algunas tienen hecha la cirugía, a otras les preocupa que el marido no las vea lindas. Muchas veces me ha tocado decirles que están hermosas, que se las ve felices, y que no tienen necesidad de parecerse a Dolores Barreiro porque ellas no son Dolores Barreiro. Hay muchas mujeres más centradas en la preocupación acerca de cómo van a quedar después del parto o de amamantar que en concentrarse en su maternidad".
Contacto Luisa Bengolea , enfermera con orientación en perinatología, www.mtmdeluisabengolea.blogspot.com
(*) Rama de la pediatría que se ocupa del lactante en los primeros días de su existencia.