Todos los cuidados prenatales que una futura mamá se realice mes a mes nos hablarán, muy probablemente, de un embarazo saludable. Se trate de mujeres jóvenes o mayores, madres primerizas o mamás de un tercer bebé, los cuidados regulares durante el embarazo son un beneficio tanto para la futura mamá como para su bebé: tendrán bebés más sanos, menos probabilidades de partos prematuros y menos posibilidades de tener otros problemas serios relacionados con el embarazo.
Si le preguntáramos a alguna amiga que haya estado embarazada sobre los cuidados prenatales, al menos una de cada diez, nos dirá que tuvo un problema durante el embarazo y que fue detectado a tiempo gracias a una visita de control. Estas visitas al Profesional que elijamos no son otra cosa que una guía para que la mujer pueda vivir en plenitud su embarazo y controlar cualquier condición médica que ésta pudiera tener.
Las inmunizaciones que debe recibir la futura mamá para proteger su salud y la del hijo por nacer.
¿Quién lo duda? Las vacunas son el método más seguro de protección contra las enfermedades infecciosas. Gracias a su aplicación masiva en bebés y niños se ha logrado controlar y también erradicar muchas enfermedades que tiempo atrás parecían imbatibles.
Sin embargo, la protección no es completa sino se atiende el desafío de controlar las enfermedades prevenibles también entre los adolescentes y los adultos, que están expuestos a numerosos agentes patógenos.
"Entre los adultos es importante especialmente proteger a las embarazadas, ya que si reciben las vacunas adecuadas no solo previenen enfermedades que podrían ser peligrosas para ellas sino que evitan la transmisión al bebé que están gestando", expresa el doctor Daniel Stamboulian, que dirige la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (Funcei), y es un acreditado especialista en el tema.
Durante el embarazo, la indicación es evitar las vacunas a virus vivos. "No todas las vacunas son iguales –explica-. Para elaborar algunas se utiliza el mismo agente que produce la enfermedad pero ‘vivo'; en otros casos, en cambio, se inactiva el virus o la bacteria que lo causan y por eso se las llaman vacunas inactivadas. La mayoría de las vacunas ‘a virus vivo' están contraindicadas durante el embarazo. Por ejemplo la de sarampión, rubéola y paperas. En cambio,las vacunas virales inactivadas -la de la gripe o las desarrolladas a partir de bacterias o sus toxinas, como la vacuna antitetánica- pueden aplicarse sin ningún inconveniente."
Pensando en ser mamá "Si una mujer planifica quedar embarazada tendría que conocer su situación respecto de enfermedades como la rubéola, que puede afectar al feto o al recién nacido si se adquiere durante la gestación –señala la doctora Hebe Vázquez, médica infectóloga del Funcei-. En ese caso, hacerse un análisis de sangre y vacunarse si da negativo. También pueden realizarse estudios en sangre previo al embarazo para saber si están protegidas contra el sarampión, la varicela y la hepatitis B. Es importante recordar que debe pasar un mes entre la aplicación de la vacuna contra el sarampión, la rubeola y la varicela y el inicio de la gestación. En cambio, las vacunas contra hepatitis B y la antidiftérica –antitetánica pueden ser aplicadas y quedar embarazada de inmediato." Para inmunizarse contra el tétanos y la difteria se recomienda hoy la aplicación de la Vacuna Triple Bacteriana (difteria, tétanos y tos convulsa, Tdap) en lugar de la Doble, que no incluye tos convulsa. "El motivo es claro – comenta el doctor Stamboulian-. Muchas personas han perdido los anticuerpos o defensas contra la tos convulsa, que ha recrudecido en los últimos años, y es una enfermedad que puede ser severa en los recién nacidos o durante los primeros meses de vida."
En la dulce espera A partir del 2º trimestre del embarazo, las mujeres pueden recibir sin problemas la vacuna Triple si es que no están protegidas contra el Tétanos, la Difteria y la Tos convulsa (Tdap). "La Doble Adultos confiere inmunidad por 10 años –advierte la doctora Vázquez-; así que debe reforzarse si ya ha caducado."
Otra vacuna que puede –y debe- aplicarse durante el embarazo y en cualquier etapa de la gestación es la vacuna antigripal. "Hoy se sabe que la gripe es una enfermedad que puede complicarse yser grave en el curso de la gestación debido a múltiples factores –explica el doctor Stamboulian-. Como la embarazadasufre cambios cardíacos,respiratorios y de su sistema inmunológico, particularmente en el2º y 3º trimestre, cuadros clínicos de enfermedades como la gripe pueden ser más severos."
Durante la pandemia de influenza A H1N1 de 2009, recuerda el médico infectólogo, se evidenció que la embarazada con gripe tiene mayores probabilidades de parto prematuro o de sufrir una neumonía viral o bacteriana, con el riesgo de que aparezcan formas severas de la enfermedad.
"La vacuna antigripal es segura y puede aplicarse durante cualquier trimestre de embarazo –dice el experto-. Está indicada a toda mujer que curse su gestación en época de gripe estacional, exista o no pandemia. Los beneficios no sólo ocurren durante el embarazo: la vacunación de la futura mamá protege al recién nacido los primeros 6 meses de su vida, y esta ventaja no es menor si tenemos en cuenta que el bebé no puede recibir la vacuna antigripal y que esta enfermedad puede ser severa en los primeros meses de la vida."
Cuando el bebé ya llegó Durante el puerperio, y aunque esté amamantando, las mujeres que fueron mamás también pueden recibir vacunas en forma segura y sin temores si las necesitan.
"Si no ha recibido protección para la prevención del Tétanos, Difteria y Tos convulsa (Tdap) debe ser vacunadadespués del parto. La vacunación de una madre contra la tos convulsa(tos ferina) reduce el riesgo de contagio a subebé, y se trata de una enfermedad severa –ilustra la doctora Hebe Vázquez-. También tienen que recibir vacunas aquellas mujeres que no estén inmunizadas contra el sarampión, las paperas, la rubéola y la varicela. Si ellas se protegen, protegen a su entorno familiar".
Planificar el embarazo es una de las mejores decisiones que puede tomar una pareja frente al deseo de ser padres. "En medicina nunca puede asegurarse totalmente un resultado. Pero es indudable que si la mujer se encuentra con un buen estado de salud y así inicia la gestación, estará en mejores condiciones para llevar adelante una gestación normal y tener un hijo sano", explica la doctora Geraldine Voto, médica tocoginecóloga que integra el plantel del Instituto Dra. Voto y se desempeña además en el Centro de Salud Comunitario del gobierno de la ciudad de Buenos Aires nº 17 (Cesac) del barrio de Palermo.
Consultar, pero ¿cuándo? La doctora Voto afirma que lo ideal es hacerlo varios meses antes de "encargar".
Chequeos necesarios "Primero hay que hacer todo el chequeo ginecológico, examen del cuello uterino y la colposcopia para determinar si existe infección por el Virus del Papiloma Humana Humano (HPV, por su sigla en inglés) –dice la especialista. También se debe evaluar el estado del útero y de las mamas, porque en caso de existir algún problema siempre es mejor el tratamiento antes de que la mujer esté embarazada".
"El chequeo preconcepcional incluye un análisis de sangre completo para evaluar las distintas funciones orgánicas, y descartar la presencia de anemia, ya que el embarazo es una etapa de gran exigencia para la mujer y comenzar la gestación anémica supone una desventaja que debería evitarse".
La evaluación tiroidea es otro aspecto importante de la consulta preconcepcional, dado que el eje hormonal femenino es fundamental en la salud de la mujer. "Si está levemente alterado –puntualiza la doctora Geraldine Voto-, puede causar ciclos anovulatorios, y hasta enfrentar dificultades para quedar embarazada."
Vacunación Además del chequeo, la doctora Voto indica que es también necesario evaluar la situación de la mujer frente a infecciones como hepatitis A y B, varicela o rubeola, ya que son enfermedades que pueden afectar tanto a la embarazada como al bebé si se adquieren durante la gestación. "En el caso de las hepatitis, la mujer puede ser vacunada durante el embarazo, porque son vacunas diseñadas por ingeniería genética –afirma la doctora Voto. No ocurre lo mismo con las inmunizaciones contra la varicela o la rubeola, que se elaboran a partir de virus atenuados, por lo tanto, si la futura mamá no ha sufrido estas enfermedades y no está vacunada, tendría que inmunizarse al menos un mes antes de quedar embarazada para garantizar una adecuada protección".
La inmunización contra el tétanos es obligatoria –todos los adultos deben repetirla cada 10 años-, pero en caso de no estar vacunada, la mujer que busca embarazarse debería revacunarse antes de la gestación. También puede recibir el esquema completo de vacunación (dos dosis separadas por un mes) a partir de la semana 24. La inmunización contra la gripe está contemplada en el programa nacional de vacunación, así que todas las embarazadas deben recibirla.
Otras medidas importantes Un aspecto a tener en cuenta es la suplementación con ácido fólico, un nutriente que en caso de ser deficitario puede causar un grave problema en el bebé: la anomalía del cierre del tubo neural, una discapacidad que causa espina bífida, acompañada o no de hidrocefalia. "El ácido fólico tiene que tomarse entre dos y tres meses antes de comenzar la gestación –añade la médica tocoginecóloga- porque además es útil para prevenir anemias. Si la mujer no queda embarazada no existe ningún riesgo que lo haya tomado o lo siga tomando, no es dañino".
El control del peso no es un tema menor: lo ideal es comenzar el embarazo sin kilos de más, ya que un aumento de peso será normal durante la gestación y siempre que se comienza con excesos será más difícil mantener la balanza a raya. Además, la obesidad durante el embarazo es un comprobado factor de riesgo para la diabetes gestacional (ver en nuestra sección de últimas noticas).
Parece obvio, pero sin embargo es conveniente aclararlo: tomar alcohol, fumar o tener otras adicciones son siempre prácticas negativas, pero durante el embarazo se trata de conductas que ponen en peligro la evolución de la gestación y la salud del bebé. "Son preguntas a veces un poco incómodas –admite la doctora Geraldine Voto-, pero que todo profesional responsable debe realizar en la consulta. Saber si la mujer fuma o bebe y en qué medida o qué medicación utiliza es muy importante. Muchas veces, la mujer toma medicación para dormir pero cree que no es relevante y, sin embargo, puede serlo. Por eso el seguimiento del embarazo debería ser abordado por un equipo multidisciplinario".
El cigarrillo es peligroso porque además de aumentar el riesgo de trombos (coágulos) genera un retraso en el crecimiento del bebé, aumenta las posibilidades de bajo peso al nacer y de parto prematuro. "Hay mujeres que quieren dejar de fumar pero tienen un alto grado de adicción y necesitan ayuda farmacológica y terapéutica –añade la especialista-. Otras mujeres están muy ansiosas y, si bien yo prefiero que se tranquilicen con métodos naturales (té de hierbas, un baño caliente, meditación), quizás con una dosis bajísima de un ansiolítico recetado se sienten mejor. No hay fórmulas iguales para todas, cada persona es un caso particular y hay que tenerlo en cuenta para hacer un buen abordaje".
Papis, al doctor Si bien la salud del futuro papá no es fundamental a la hora de evaluar el embarazo, también sería ideal que se sumara a la planificación con una consulta preventiva.
"Por ejemplo, si la mujer es positiva para el HPV probablemente su pareja también –señala la doctora Voto-, y la infección por este virus, incrementa el riesgo de cáncer de cuello de útero y puede ser causante de afecciones en el bebé si el virus está activo cuando atraviesa el canal de parto. Sería importante evaluar la salud del futuro papá frente a este virus y otros que pueden controlarse con tratamiento, y también analizar el grupo de sangre para comprobar compatibilidad entre ambos miembros de la pareja. El hombre suele ser más reticente que la mujer frente a la consulta, pero sería ideal que visitara a su médico si está planificando ser padre".
9 lunas ¿Por qué si un embarazo dura 9 meses se dice que tiene 40 semanas? "Son semanas lunares –explica la doctora Geraldine Voto-. La fecha probable de parto es a las 40 semanas del inicio de la última menstruación. Se cuenta a partir del primer día de la última menstruación. Por ejemplo, si una mujer empezó a menstruar el 1 de diciembre y queda embargada el 15 de diciembre, si viene a consulta el 10 de Enero, le digo que está embarazada de 6 semanas. De guiarnos por el calendario habitual serían 4, pero nosotros nos guiamos por las semanas lunares: 9 meses son 40 semanas lunares".
Además de la fecha de la última menstruación, el profesional realiza una ecografía al inicio de la gestación para medir el desarrollo embrionario y lo compara con tablas predeterminadas para confirmar el estadío o momento en que se encuentra el proceso. En el consultorio médico se utiliza un instrumento con el que se evalúa el progreso del embarazo en el tiempo. Se trata del gestograma que permite calcular, entre otras cosas, la fecha probable de parto.
"Desde la semana 16 a la 20 decimos que se está cursando el 4º mes –agrega la tocoginecóloga. Y desde la semana 36º al 40º, el último mes lunar de embarazo. Sobre esta base se calcula la fecha probable de parto, que se estima con un desvío de más/menos una semana. Por ejemplo, si doy una fecha probable de parto para el 5 de septiembre, puede nacer una semana antes o una después.
Por norma de la perinatología, un parto no se espera nunca más allá de la semana 41. Llegado ese momento, se realiza una inducción para generar contracciones y producir el parto. No se puede inducir si se ha realizado una cesárea anteriormente. Sí se puede hacer un parto, pero únicamente luego de una única cesárea. Con dos cesáreas anteriores, va a cesárea siempre, porque existen varios riesgos, entre éstos, la ruptura uterina".